El
incesante sonido de guitarras eléctricas desafinadas y golpeteos de batería,
proveniente del garaje de la casa de los Bright, la estaba volviendo loca.
Cassie no
recibió respuesta alguna de su hermano, quien no podía escucharla por el ruido de la
música. Cansada de gritar, decidió encargarse ella misma de parar el barullo.
Dando
grandes zancadas se dirigió al garaje. El ruido iba en aumento a medida que se
acercaba a la habitación, ya no podía oír nada más que la música punk de su
hermano menor. Con un fuerte manotazo abrió la puerta y gritó tan fuerte como
sus pulmones se lo permitieron.
-¡Benjamin!
La música ceso.
Cassie observo a los cuatro pre - adolescentes; Ben, Jack, Tyler y Olivia.
Cruzó los
brazos. -¿No pueden ensayar en otro momento? Estoy estudiando para un examen
muy importante-
-Para vos
todos los exámenes son importantes- Se quejó Ben.
-Pero este
es más importante- Replicó la castaña.
-Pronto
será la batalla de bandas y tenemos que trabajar duro si queremos ganar-
Su hermana
suspiró, odiaba sonar como su madre-Es que… -
-Cassie- La
detuvo su hermano- Fue un milagro que mamá nos dejara ensayar en casa, no vamos
a desperdiciar la oportunidad -
Sintió
lástima por su hermano. Lo entendía. Había sido muy duro para él conseguir el
permiso para tocar en una banda y más
aún entrar al concurso. Ben había tenido que demostrar valentía al enfrentarse
a su madre y Cassie lo admiraba por aquello, ella jamás hubiera tenido el valor
de hacerlo… hasta ahora.
-Es muy
importante para mí- Insistió su castaño hermano.
Cassie
suspiró.
-Está bien,
supongo que voy a tener que ir a la biblioteca.
Ben corrió
hacia su hermana y la abrazo fuertemente- Gracias -
-Podes ir a
casa. Abby está estudiando también para ese examen de matemáticas- Sugirió Jack,
el baterista hermano de la rubia.
-Es una
buena idea- Sonrió, aunque en realidad
sabía que no iba a ir. Prefería estudiar sola.
En la banda
también estaba Olivia, hermana de Summer y cantante y Tyler quien tocaba el
bajo.
Su hermano habló
cuando comenzaba a irse -Lindo pijama por cierto
Cassie
observo su atuendo. Un viejo pijama de Bob Esponja. Esa mañana había dormida
más de lo usual. En parte porque andar jugando a los detectives con sus amigas
era exhaustivo. Por otro lado porque sabía
que día era hoy y no le entusiasmaba en absoluto. Otro San Valentín que se pasaba en casa. Se encogió
de hombros- No necesito estar bien vestida para estudiar -
….
-¿Qué
estamos haciendo? – Inquirió Abby con
disimulada emoción. Alzó el rostro hacia el cartel que le indicaba en dónde
estaba, era una florería.
Luke se
encogió de hombros mientras dejaba la canasta, que había estado cargando todo
el trayecto, y rebuscaba por un juego de llaves en su bolsillo – Es una sorpresa
–
Tan pronto
como puso un pie dentro del local, el aroma floral le impregnó la nariz. Aquel
vivero era un lugar mágico. Abby
reconocía algunas como las rosas, los tulipanes y las margaritas. Aunque había
tal cantidad, que se le hacía imposible observarlas todas de una sola vez.
Siguió a
Luke por un pasillo estrecho hasta dar con un mantel a cuadros extendido en el
piso. Luces de Navidad colgaban sobre
el techo, dándole a todo un toque más romántico.
Antes de
que ella pudiera decir una palabra, el chico ya había vaciado el contenido de
la canasta sobre el mantel. Era el picnic perfecto.
-¿Cómo
conseguiste este lugar? – Preguntó y tomó asiento con las rodillas flexionadas.
- Es de un
amigo – Explicó tendiéndole un sándwich – No te preocupes, él me dio las
llaves, no estamos haciendo nada ilegal –
Dejó que
una risa nerviosa se escapara de sus labios - ¿Estás seguro de que esta fue tu
idea?
-Ahora
estoy ofendido – Se defendió frunciendo el ceño – Se me ocurrió después de que
me dijeras que amas los picnics. Puede que no lo parezca, pero si escucho lo
que decís –
- No sabía
que fueras tan romántico – Comentó con la cabeza gacha, un poco avergonzada.
Luke
la tomó por el mentón para obligarla a
mirarlo – Es la primera vez que hago algo así – Confesó.
Abrió la
boca en busca de alguna réplica. Pero las palabras se negaban a salir. Por
primera vez en su vida, un chico le había quitado el habla. Tal vez Luke no
fuera el único que estaba probando cosas nuevas ese San Valentín. En vista de que no tenía nada para decir.
Optó por dejarse llevar. Con cuidado se acercó a él y unió sus labios en un
tierno beso.
….
-¿De qué
talle?-
-Perdone -
Scarlett miró al empleado de Sydney Ice Arena con confusión - ¿Qué? -
-Los
patines, ¿de qué talle?- Aclaró el chico de unos veinte años de edad, que no parecía tener mucha paciencia.
Calum había
llevado a la morocha a la pista de hielo para poder patinar, aunque la chica no
estaba muy entusiasmada por la idea. Jamás había patinado en hielo. Una cosa
era la acera y otra muy distinta el hielo, de las dos, el último parecía menos
seguro para Scarlett.
- Quince-
-Ya se los
traigo- El chico no estaba muy entusiasmado de estar trabajando aquel día y
podía notarse perfectamente.
-Te repito
Calum que no se patinar- Repitió con la esperanza de que el morocho accediera a
dejarla mirar desde afuera.
El aludido
alzó las cejas divertido-¿Andas en skate pero no en patines para el hielo?-
-No es lo
mismo-
-Vamos, no
es difícil- Insistió Calum- Yo puedo enseñarte.
-Sinceramente,
no confió en que quieras enseñarme- Manifestó la morocha- Lo que en verdad
querés es reírte de mí cuando me caiga -
-Ya me
estoy riendo de vos, y todavía no te caíste.
Scarlett lo
fulminó con la mirada.
El empleado
volvió con los patines, los cuales
arrojo al piso junto a Calum. A regañadientes Scarlett se calzo el par blanco
que le correspondía. Calum ayudo a ponerse de pie a su compañera. Una vez que
estuvieron listos, ambos partieron hacia
la pista de hielo.
-Se supone
que las estúpidas parejas hacen cosas románticas en San Valentín - Farfulló
Scarlett - Pero parece que vos preferís
burlarte de la tuya -
-Creí que
te gustaban las cosas poco convencionales -
Explicó Calum, incapaz de
esconder su sonrisa – De haberlo sabido habría comprado globos y reservado una
cena en algún restauran de moda -
Avanzaban
lentamente por la pista. Calum sostenía a Scarlett por el brazo para evitar que
cayera.
Ella puso
los ojos en blanco –Me gustan las cosas poco convencionales – Afirmó mientras luchaba por mantenerse en pie - Pero
discúlpame si no deseo que todo Sídney me veo caer de bruces al suelo -
-No vas a
caerte- Le aseguro el morocho.
-Sí, me voy
a caer-
Calum lanzó
un suspiro frustrado-No, no te vas a caer porque yo te voy a agarrar antes de
que pase.
-Gracias –
Respondió ella con sarcasmo – Me siento mucho más segura ahora -
Scarlett
resbalo hasta la barra que rodeaba la pista de hielo. Calum rio ante la escena.
-¿Podemos
patinar alrededor como hacen las parejas normales?- Propuso con el único
objetivo de molestarla.
-Sí, vos
patina por ahí - Aceptó con tono irónico
- Yo prefiero la seguridad de la barra -
Calum rodó
los ojos -Scarlett no es muy difícil –
Espetó extendiendo el brazo - Dame la
mano-
La morocha examinó
la mano que Calum le tendía, pero no se
animó a soltar la barra que le daba seguridad.
-Scarlett-
Insistió su acompañante.
La chica
suspiro y tambaleando se fue separando de la barra para tomar la mano de Calum.
El chico tiro de ella y la acerco más hacia sí, rodeándola con sus brazos.
– No creo
que podamos patinar así –
-Parece que
no – Convino él, pero sin soltarla de su agarre.
Ella tragó
saliva - ¿No querías hacer lo que las otras parejas? –
Calum rió
con nerviosismo – La verdad que sólo lo hacía para molestarte – Admitió
ladeando la cabeza – Me gusta que seamos distintos – Dijo con los ojos puestos
en ella.
Scarlett se
sintió un poco incómoda bajo el escrutinio de su mirada. Pero la verdad era,
que ella tampoco tenía intensiones de cambiar su posición. Bueno, tal vez un pequeño detalle.
Un tanto
nerviosa, acercó un poco su rostro al de él. Cosa que Calum imitó. Sus labios
se encontraron a mitad de camino. Continuaron besándose, conscientes de que los
demás patinadores los estarían mirando por lo ridículo de la situación.
….
-¿Cuántas
posibilidades hay de enfermase de gripe en pleno verano? – Se lamentó Summer
depositando un nuevo pañuelo descartable sobre la pila que ya estaba casi tan
alta como ella.
A su lado,
Leah parecía demasiado concentrada en su libro como para prestar atención a las
quejas de su hermana – Es sólo una gripe –
-¡En San
Valentín! – Continuó quejándose la chica de rizos. Tomó el control remoto del
DVD para dar play a la siguiente película. Dado que no podía salir, decidió
pasar el día haciendo su propio especial de películas románticas
independientes. Escuchó la música de la introducción de The Art Of Getting By.
Su madre
irrumpió en la cocina cargando con un boul lleno de palomitas de maíz – Estoy
segura de que Ashton lo entiende –
Summer
suspiró – Es que creo de verdad tenía ganas de salir con él –
-Al menos
nos tenés a nosotros – Comentó Alice asomándose por la puerta del frente.
Cargado en sus brazos iba el pequeño Noah, el sobrino de Summer. Un poco más
atrás su esposo, Ed, los seguía.
-¡Alice! –
La castaña extendió los brazos para abrazar a su hermana mayor – ¿Qué hacen acá? –
La aludida
dejó al bebé en manos de su esposo y devolvió el abrazo – Me dijeron que
estabas algo gruñona. Así que decidí pasar a regañarte yo misma –
Summer
lanzó una mirada de pocos amigos a Leah, quien había dejado el libro a un lado
para jugar con Noah.
-¿Cómo
logra arrastrarte a estas cosas Ed? – Preguntó a su cuñado mientras lo besaba
en la mejilla.
Él se
limitó a lanzar una carcajada sonora – Es lo que pasa cuando amas a alguien. Y
queríamos pedirle a Rose que cuide a Noah mientras salimos a cenar esta noche,
pero eso lo hablamos más adelante –
Ahora su
madre también reía – Me encantaría cuidarlo. Ustedes vayan a hacer sus cosas de
enamorados –
Alice puso
los ojos en blanco – Después de todos estos años, te las seguís arreglando para
ponerme en vergüenza como si fuera una adolescente – Le reprochó a Rose mientras
se sentaba en un sofá vacío - ¿Dónde
está Olivia? -
-Ensayando
con su banda– Comentó Summer por lo bajo.
Leah iba a
hacer su contribución a la conversación cuando unos golpeteos en la puerta
distrajeron a todos.
La chica de
rizos frunció el ceño y escudriñó a todos con la mirada, pero los presentes
parecían tan sorprendidos como ella.
Todavía algo confundida, se puso de pié para recibir al visitante. Una
sonrisa se dibujó en su rostro tan pronto como reconoció a la figura parada en
el umbral.
-¿Ashton? -
….
Una vez de
vuelta en su cuarto, Cassie se dejó caer en la cama. Estaba a punto de comenzar
a cambiarse cuando oyó el timbre. La castaña se dirigió a la puerta, esperando
a encontrar a su madre, quién había ido de compras al supermercado. Pero no era
ella la que llamaba.
Sus ojos se
abrieron como platos al reconocer aquella cabellera rubia -Michael ¿Qué estás
haciendo acá?- Repentinamente, ya no se
sentía tan a gusto en su pijama.
-Acabo de
dejar a Ash con Summer – Explicó con aparente nerviosismo – Y como estaba por
el vecindario… -
La castaña
interrumpió al chico cuando notó el auto de su madre doblando por la esquina.
Bien, ese definitivamente no era un buen momento. No podía ver a Mike ahí,
enloquecería.
-Mierda-
El chico
frunció el ceño - ¿Está todo bien? –
Ella negó
con la cabeza mientras lo arrastraba dentro de la casa, dónde la banda de Ben
seguía tocando – Es mi mamá, no puede verte –
-Oh, ya
entiendo – Convino él con un asentimiento – Soy el chico problema –
- Ya te
expliqué que ella y yo solemos tener opiniones diferentes-
Mike sonrió
-¿Esa es la banda de tu hermano?- Preguntó al notar la música que invadía la
sala.
-La misma-
Afirmó la muchacha.
-Son
buenos.
El ruido de
una puerta de un auto cerrándose y la voz de su madre conversando con la vecina
recordó a Cassie que tenía que esconderlo
-¿Te
gustaría verlos?- Soltó lo primero que se le vino a la cabeza- Y darles algunos
concejos. A Ben le encantaría- Agregó –
-Claro-
Aceptó él algo confundido.
Sin dar
tiempo a discusiones prácticamente lo empujó hasta el garaje – Vuelvo tan
pronto logre distraerla – Le infirmó antes de cerrarle la puerta en las
narices.
Para cuando
Cassie volvió al hall, su madre ya estaba adentro con dos bolsas del supermercado
en cada mano.
-¿Te
ayudo?-Se ofreció la castaña.
-Si, por
favor- Aceptó la Señora Bright.
Cassie tomo
dos bolsas y siguió a su madre a la cocina.
-Por dios,
ese ruido que hace tu hermano me está dando jaqueca-
-Mamá, ¿Mia
no te había hecho un encargo?- Cassie habló atropelladamente mientras las ideas
corrían por su cabeza- Algo que tenías que recoger en Tiffany’s me parece.
La mujer se
llevó el dedo al mentón, revolviendo en sus propios pensamientos – Oh, claro –
Dijo de repente chasqueando los dedos – Lo olvidé por completo – Revisó el
reloj de su muñeca – No es muy tarde, voy a volver para buscarlo – Dijo tomando
las llaves del auto que descansaban sobre la mesada. – Gracias por recordármelo
-
Cassie
sonrió maliciosamente. No solía hacer este tipo de cosas pero debía admitir que
era divertido. – No hay de que -
Una vez que
la Señora Bright estuvo fuera, corrió
hacia su habitación para poder sacarse ese viejo pijama. Para cuando llego al
garaje, Mike y toda la banda charlaban animadamente.
El chico le
dedicó una sonrisa y se puso de pie - ¿Estás lista? –
Asintió una
vez. Consciente de que Ben la molestaría el resto de la vida por el rubor en
sus mejillas.
Se
encontraban ya en el umbral de la puerta cuando oyeron el auto de su madre
estacionando. Cassie sintió un nudo en la boca del estómago. Esto iba a ponerse muy feo.
-Mia me
llamó para avisar que ya paso a ella a buscar su ped… - Estaba diciendo la
Señora Bright cuando se percató de la presencia de Mike en la puerta de su
casa.
La mujer lo
detuvo con un gesto de la mano. Luego se cruzó de brazos antes de dirigirle una
mirada amedrentadora a su hija - ¿Se puede saber qué significa todo esto? –
Cassie
tragó saliva. – Mike y yo íbamos a dar una vuelta –
-Claro, dar
una vuelta, en San Valentín… - Respondió su madre con aquel tono tan pedante
que solía usar. Por suerte, Ben decidió interrumpir.
- Mamá, ¿no
viste mi púa? –
Aprovechando
que la Señora Bright les había dado la espalda. Mike tiró de la mano de Cassie,
mientras con un gesto de la cabeza la indicaba que lo siguiera. Avanzaron unos
pasos en silencio, antes de echar a correr por completo.
-¡Cassandra
Bright! – Se oyeron los gritos de su madre en la distancia. Aún así, ninguno de
los dos se detuvo.
….
-Pensé que
te vendría bien algo de compañía – Se justificó Ashton encogiéndose de hombros.
Summer
contuvo la risa – Eso lo entiendo pero… ¿por qué el perro? – Preguntó señalando
el muñeco de peluche que el chico cargaba bajo el brazo. Era blanco, con
cabello rizado y una nariz rojo sangre.
-Oh, esto –
Dijo mientras se lo entregaba – Cuando venía para acá paré a comprar comida. Lo
vi y me acordé de vos. Quiero decir, no pienso que seas un perro… - Frunció el
entre cejo intentando buscar las mejores palabras para expresarse – Pero tiene
tus rizos, y una nariz igual de roja que la tuya en estos momentos –
La chica
puso los ojos en blanco – Me alegro de que no pienses que soy un perro –
Respondió entre risas. Luego rodeó el peluche con los brazos y lo apretó con
fuerza – Es muy tierno de tu parte, gracias – Añadió luego con un poco más de
timidez.
El sonido
de una garganta aclarándose los trajo a ambos de vuelta a la realidad.
-Alice,
creo que deberíamos irnos ya… - Empezó a decir Ed – No quiero perder nuestra
reservación –
Rápidamente
la aludida se puso de pie – Si, claro. Mamá, pasamos por Noah a eso de las once
–
Rose
asintió mientras los acompañaba a la puerta – Claro, no se preocupen –
Al pasar
junto a ellos Alice y Ed rápidamente hicieron las introducciones pertinentes.
En un abrir y cerrar de ojos su coche se había perdido en la distancia.
-Bien... –
Comenzó a decir su madre– Leah, creo que será mejor llevar a Noah a la cocina,
no queremos que se contagie la gripe de Summer – Propuso encaminándose a la
cocina.
Un tanto
avergonzada, Summer volvió a hablar - ¿Te gustaría pasar? –
Ashton asintió
alzando una barra de chocolate en alto – Asumí que estarías teniendo tu propio
festival de cine o algo así – Comentó con una mueca – Así que vine preparado –
Ella lanzó
una carcajada más relajada y lo guió de vuelta al sillón. La película ya estaba
demasiado adelantada. Por lo que tuvieron que volver a verla desde el
principio.
– Me alegro de que hayas venido –
-No me lo
habría perdido por nada en el mundo – Respondió él rodeándola con el brazo
derecho.
…
Con la
respiración entre cortada y las piernas echas gelatina. Mike y Cassie se
detuvieron para ocultarse detrás de unos arbustos.
-Creo que
acabo de arruinar cualquier oportunidad con tu mamá – Se lamentó él, todavía
agitado por la carrera.
La castaña
rió. La adrenalina todavía le corría por el cuerpo. Nunca antes se había escapado. Mucho menos le
había hecho frente a su madre. Sabía que no le esperaba nada bueno cuando
regresara a casa. Pero, por alguna extraña razón, no le importaba. Tenía unas
ganas locas de reír ante todo. Miró a Mike y se mordió el labio inferior.
-Eso fue lo
más arriesgado que hice alguna vez en mi vida –
El rubio
rió - ¿O sea que no estás enojada conmigo por llevarte por el mal camino? –
Negó con la
cabeza. Incapaz de hablar hasta que no hubiera rellenado sus pulmones con
oxígeno.
-Bien,
aunque creo que la idea de invitarte a tomar algo pierde un poco de magia al
lado de todo esto – Comentó con ironía.
Cassie,
quien por fin había recuperado la compostura, se encogió de hombros – Necesito
una excusa para no volver a casa hasta dentro de un par de horas –
-Voy a
tomar eso como un sí – Dijo el chico mientras se ponía de pie y le tendía la
mano para ayudarla.
Ella aceptó
la ayuda que le ofrecía – Definitivamente, es un sí –
Mike se
acercó un poco más a la chica – ¿Quién sos y qué hiciste con Cassie Bright? –
Bromeó mientras acariciaba su mejilla.
-No tengo
idea – Respondió ella poniendo los ojos en blanco. Sintió un escalofrío
subiendo por su espalda ante su tacto.
Él le
dedico una sonrisa sincera y acercó un poco más su rostro. Cassie contuvo la
respiración e imitó su gesto. Aunque se vio obligada a ponerse en puntas de
pie, ya que Mike era considerablemente más alto que ella. En un intento por que
su torpeza no arruinara todo. Cerró los ojos y lo besó.