sábado, 23 de noviembre de 2013

Capítulo 1

- Pero mamá, es Otelo, tengo que verla- Insistió la rubia de brillantes ojos claros mientras ponía su mejor cara de súplica.
-¡Abigail Digman!- Exploto cansada la Señora Digman. Manejaba por las sinuosas calles de Sídney, apretando el manubrio con fuerza y dirigiendo una mirada de enfado a la carretera, que nada tenía que ver con su disgusto- Esto es tu culpa, así que vas a cumplir tu castigo-
-Te lo dije millones de veces mamá- Replico su hija con una expresión de cansancio en el rostro- Yo no estaba fumando en el baño, eran esas…chicas que se pintan los ojos tan negros que parece que fueran a un velorio- Se cruzó de brazos y clavo la vista al frente al igual que su madre.
-No sé si estabas fumando o no, y quiero imaginarme que no, pero el director te impuso un castigo y lo vas a cumplir- Sentenció la Señora Digman mientras buscaba un lugar en donde estacionar su auto.
-Pero…
-Pero nada- Sentenció mirando a su hija directamente a los ojos - ¿Querés estar en la obra de la escuela?
Abby asintió sin devolverle la mirada.
-Entonces vas a hacer lo que te digan y punto.
La rubia suspiro derrotada y bajo del auto arrastrando los pies hasta la gran entrada del Sydney Festival.
Junto al puesto de limpieza la esperaba su profesor Johnson de la clase de química avanzada que posiblemente nunca aprobaría. 
-Muy bien Digman, bienvenida al castigo. Le prometo que no va a tener que limpiar mucho, la gente en Sídney es limpia y además tenes ayuda-
El profesor, de espesos bigotes negros señalo a una pequeña chica junto a él que la miraba a través de sus lentes. A pesar del grosor de los vidrios, todavía se podían apreciar sus ojos color verde. La castaña ya tenía en sus manos una bolsa para poner la basura y un palo con punta afilada para juntarla. Pronto el profesor le tendió a Abby su propio equipamiento.
-Esto es horrible- Se quejó la rubia mientras tomaba sus elementos de trabajo.
-Es para el bien de la comunidad – Intentó consolarla Johnson – Además, pensá que estamos todos juntos en esto-
Abby fingió una sonrisa para que el hombre se largara antes de que se le escaparan los pensamientos que rondaban su cabeza.
Por supuesto que para él esto no era un castigo, después de todo el Señor Johnson era  un nerd con todas las letras, cualquier actividad ridícula al cuidado de adolescentes era mejor que su habitual rutina dominguera de leer viejas novelas rosas en su aislado departamento.
Por fin el profesor se alejó con la excusa de ir en busca de más bolsas de consorcio y las chicas se quedaron solas.
-Hola, soy Abby Digman- Se presentó la rubia mientras se disponían a realizar su tarea.
-Cassie Bright-
-¿Y a vos por qué te castigaron?- Le pregunto Abby para iniciar una conversación. Era de esas personas con una habilidad innata para iniciar conversaciones. Sin embargo, su pequeña compañera no estaba muy interesa en sociabilizar y se lo demostró con su respuesta simple y concreta.
-No me castigaron-
-¿Entonces por qué estás haciendo trabajo comunitario un domingo por la tarde?-
-Se vería bien en mi curriculúm- Cassie pinchó una lata de coca-cola y la metió en la bolsa –Ya sabes, para la universidad-
-¡Pero es el Sydney Festival!- Exclamó indignada- Hay música, teatro, juegos, tantas cosas. Ya vas a tener tiempo para hacer buena letra-
Cassie dejo de trabajar por un minuto para mirar a su compañera. No entendía por qué la famosa Abby Digman se interesaba en su vida si en la escuela ni siquiera se detenía a mirarla, ni creía que supiera que existía hasta ahora. Tampoco entendía por qué seguía contestándole.
-No me importa todo eso. Para mí esto es más importante-Argumentó.
Abby puso los ojos en blanco- Como quieras pero yo ya estoy planeando la forma de escapar por unas horas- Le advirtió la rubia- Hoy van a representar Otelo de Shakespeare y no me lo puedo perder.
Cassie no le dio importancia al último comentario. Por supuesto que sabía quién era Shakespeare, había leído muchos de sus libros incluyendo a Otelo, pero el teatro no era una de sus actividades favoritas.
…..
Calum caminaba junto a sus tres amigos, los rayos de sol que iluminaban el predio golpeaban su piel con suavidad. Sólo en ese momento se percató de lo mucho que había extrañado el sol. Hacia no más de una semana que habían terminado de tocar como banda telonera de una banda de pop llamada One Direction.
No podía negar que la experiencia había sido estupenda.  Después de todo, no muchos adolescentes de 17 años tienen la posibilidad de alardear sobre sus viajes alrededor del mundo junto a sus mejores amigos. Pero tampoco podía negar que era bueno estar en casa, y justo a tiempo para el Sydney Festival.
-Five Seconds Of Summers sueltos en el Sydney Festival – Exclamó su amigo Ashton acompañado por su tono risueño tan particular -¿Qué hacemos primero?-
Su otro amigo Mike, quién llevaba el cabello teñido de color rosado alzó su dedo al cielo mientras sus ojos brillaban- ¡Eso!
Los demás siguieron la dirección del dedo de Mike hasta una montaña rusa de dimensiones colosales que se alzaba ante ellos en todo su esplendor.
Calum se encogió de hombros- Ustedes adelántense, después lo alcanzo-
 -Por favor Calum – Lo molestó Luke, el único rubio de la banda – No me digas que te da miedo-
El castaño lo fulminó con la mirada – Prefiero ver las bandas, escuche que The 1975 va a estar tocando algunas canciones nuevas-
Mike hizo ademán de comentar algo pero se vio interrumpido por Ashton.
-Es una lástima – Dijo apoyando la mano sobre sus hombros – Si nos necesitas, ya sabes dónde encontrarnos-
El castaño asintió y observó como sus amigos de alejaban y perdían entre la multitud de familias. Luego, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el escenario situado justo en el centro del predio.
No tardó demasiado en encontrar a la corriente de muchedumbre cercana al escenario, por lo que pronto se vio obligado a disminuir su marcha para acoplarse a la fila de concurrentes. Iba detrás de una chica morocha que hablaba por teléfono. Sin poder contener la curiosidad oyó parte de su conversación
-Ya te dije que no importa – Decía con tono poco convencido - ¿Estás enferma Elie?
Calum agudizo su oído para poder oír mejor.
-No me va a pasar nada por venir a un concierto sola….te lo prometo…Adiós- Finalizo la llamada y se giró con rapidez, encontrándose así a Calum quién silbaba disimuladamente.
….
En el parque de juegos del Sydney Festival, Summer Aworth intentaba encontrar la mejor perspectiva para fotografiar los esplendidos fuegos artificiales que brillaban en el anochecer de esa hermosa tarde.
Con la delicadeza de una madre apoyó el nuevo lente óptico (un regalo de su madre por su cumpleaños) en la mano izquierda mientras que con la derecha sostenía su cámara Nikon profesional.
Esperó las centésimas de segundos necesarias para que el enfoque  fuera ideal, luego configuró los últimos ajustes, su posición le brindaba la mejor luz posible. Oyó el silbido de los fuegos artificiales surcando el cielo, con la yema del dedo índice rozó el disparador. Contuvo la respiración mientras los primeros juegos de luces se formaban, era el momento perfecto, decidida presionó el botón…
-Mike, te reto a comer tres hamburguesas antes de subir –
Un chico castaño apareció por el mirador de la cámara en el instante justo en que Summer había tomado su foto.
-¡Cuidado idiotas!- Grito a los chicos que habían arruinado su perfecta foto. Sin embargo, los chicos no pudieron oírla sobre el bullicio de la multitud, por lo que siguieron avanzando ajenos a sus quejas.
La chica bufó. En todo el día no había logrado sacar una foto que satisficiera sus expectativas. Todas ellas dejaban mucho que desear y eso la enfurecía. En la escuela, profesores y alumnos la alababan por sus magníficas tomas,  pero estas últimas iban a ser el fiasco. Si tan solo esos estúpidos chicos no hubieran arruinado su última esperanza….
Enfurruñada camino con paso firme por el parque. Todavía no se daría por vencida, quedaban unas horas más de atardecer para aprovechar esa asombrosa luz. Solo algunas fotos más y volvería a casa.
….
-Cassie te prometo que te lo voy a recompensar- Volvió a repetir Abby.
-Si, sí, eso ya me lo dijiste – Respondió ella mientras acomodaba sus lentes -  Ahora apúrate antes de que me arrepienta.
-Gracias- Fue lo último que dijo Abby antes de salir corriendo hacia la carpa donde pronto comenzaría  la representación de Otelo.
Cassie la observó hasta que su silueta se perdió entre las sombras. Si el profesor Johnson volvía a inspeccionar que estuvieran  trabajando ella diría que Abby había tenido que correr al baño por una urgencia. Si por alguna razón el plan se complicaba Cassie debía llamar a Abby para informarle las complicaciones.
La morocha se regañó a sí misma por haber cometido tal imprudencia. Estaba arriesgando la confianza del Señor Johnson, su intachable conducta y sobre todo, los créditos extras para la universidad. Todo por el alma frívola de Abby Digman, la chica que después de cuatro años de secundaria se había dignado a percatarse de su existencia. Pero de todas formas, no se arrepentía, alguna estúpida voz dentro de su conciencia le decía que había hecho lo correcto y que en el fondo, la rubia no era tan mala como parecía.
Abby desacelero la marcha unos metros antes de llegar a la carpa y acomodo su bufanda. Volvió a emprender el viaje dando pasos más calmados y disimulando su agitación. A dos pasos de entrar en la carpa vio la luz de un flash pero le restó importancia y termino de ingresar en ella.
….
-¿Y vos por qué estás solo?- Pregunto Scarlett al chico que había conocido en el concierto.
-Mis amigos prefirieron la montaña rusa – Explicó señalando el armatoste de hierro que se podía apreciar desde cualquier punto del predio.
Scarlett soltó una risa pero inmediatamente la reprimió. Calum no entendía por qué, si era mucho más linda que la de Ashton.
Metió un poco más de helado de chocolate con menta  en su boca y miró a la chica que caminaba junto a él.
Todavía estaba sorprendido de lo sencillo que le había resultado convencerla para que se quedase con un él un rato más luego del concierto. Scarlett estaba  en su misma situación de abandono durante el show, así que habían decidido hacerse compañía mutua. El espectáculo había terminado, y ninguno de los dos parecía ansioso de deshacerse del otro.
-Muy buen concierto ¿no?- Comento la morocha de ojos color mar.
-El mejor- Coincidió Calum.
Ambos sonreían mientras caminaban sin rumbo fijo comiendo sus helados. Él iba a hablar cuando una chica de risos rubios, casi blancos, que caminaba dando zancadas se cruzó corriendo por delante de ellos. Fueron sólo unos segundos, pero Calum logró distinguir  una cámara de fotos profesional colgada del cuello de la chica.
-¿Y a esa que le pasa?
Scarlett parecía afectada por el suceso también. Su mirada se había tornado apagada y sombría- Típico de Summer Aworth, está siempre demasiado ocupada como para percatarse de lo que sucede a su alrededor-
-¿La conoces? – Inquirió Calum algo confundido –
-Algo así-
Poco satisfecho con la respuesta decidió indagar más – ¿A qué te referís con ‘algo’?
La chica negó con la cabeza – No te conozco, ¿por qué debería contarte?-
-Justamente porque no me conoces – Se justificó Calum, como si hubiera sido la cosa más obvia del mundo – No me conoces, posiblemente nunca más me vuelvas a ver  y ciertamente no tenemos amigos en común. Si me contaras, ¿a quién podría decirle?-
Scarlett escudriñó al chico con la mirada. Se tomó unos minutos para pensar en opciones que le permitieran rebatir su argumento, pero no encontró ninguna aceptable.
-¿Te robó un novio o algo así?-
La chica por los ojos en blanco – No, no tiene nada que ver con eso-
-¿Entonces?-
- Ella es la editora del periódico de mi escuela- Dijo mientras jugaba nerviosamente con sus manos – Es bastante estúpido en realidad, pero hace tiempo que quiero audicionar para la columna de música – De pronto sus mejillas se encendieron, Scarlett apartó el rostro – Esto es vergonzoso, perdón, debes pensar que soy una estúpida-
Calum se acercó a ella y tomó sus nerviosas manos – No pienso eso, en realidad creo que es muy tierno-
Ella lanzó una carcajada irónica – Sos un pésimo mentiroso-
-Es en serio – Se defendió él – Deberías audicionar, estoy seguro de que sos una estupenda escritora-
-¿Te funciona eso de los cumplidos con las chicas?-
Calum acercó más su rostro – No sé, ¿está funcionando ahora?
-Es tarde- Dijo automáticamente Scarlett al mismo tiempo que se alejaba del chico- Tengo que volver a casa.
-Te llevo.

-No, está bien gracias- Dijo la morocha. Luego emprendió el camino apresuradamente en la misma dirección en la que, anteriormente se había dirigido la chica de los rizos.  Rápidamente su figura de perdió en la noche sin darle  a Calum la oportunidad de insistir o preguntar por qué.

1 comentario:

  1. Wooow!
    Me encanta! Espero que podais seguir pronto, me gusta mucho! :)
    Primer comentario ^-^

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