-¿Encontraron
lo que buscaban? ¿Quieren que las ayude?- Leah Aworth se acercó hacia donde se
encontraban las mujeres Bright.
Cassie
abrió la boca para contestar pero su hermana no se lo permitió.
-No, está
resuelto, gracias- Mia apareció desde detrás de una de las estanterías llenas
de libros. Había estado buscando un libro de medicina que recordaba haber leído
cuando todavía estaba en el secundario. Parecía que le sería útil para la
universidad.
Cassie, Mia
y la señora Bright siguieron a Leah hasta escritorio de madera sobre el cual
descansaba una computadora y un gran libro de gruesas paginas. En el mismo constaban
todas las salidas y entradas de los miles de libros de la biblioteca.
-¿Cómo está
tu mamá querida? ¿Siegue pintando?- Preguntó la Señora Bright a Leah que
anotaba los datos del tomo de medicina en el gran libro.
-Sí, hace
poco vendió uno de sus cuadros así que está muy contenta- Respondió
cordialmente la rubia de rizos que llevaba un pañuelo atado en su cabeza. Era
muy parecida a su hermana Summer, pensó Cassie.
-Ya volvió
Summer de Nueva York ¿No?- Interfirió.
-Sí, ayer. Estaba
muy cansada, ella y Olivia tuvieron muchas horas de vuelo.
Cassie asintió sonriendo, le caía bien Leah.
Tenía la misma edad que su hermana y habían ido al instituto, pero Leah era muy
diferente a Mia.
-¿Vos no
viajaste con ellas?- Se interesó Cassie.
Casi al
instante las caras de espanto de su madre y su hermana le dieron a entender que
había hablado de más.
Leah negó
con la cabeza.
-Summer y
Olivia fueron a pasar año nuevo con su padre – Explicó con tono gentil. Luego
tomo aire y prosiguió - El mío murió
hace ya mucho.
Cassie, que
no se esperaba ese comentario, decidió no hablar más.
-Entonces
Leah era su media hermana- Medito la castaña. Había tantas cosas que no sabía
de su rubia amiga, en realidad había muchas cosas que no sabía de todas sus
nuevas amigas.
….
Abby Digman
llegó a Manly Beach junto con sus rubias amigas. The City de Madeon, sonaba por
todo el solar que estaba lleno de jóvenes compañeros de Abby de la escuela. La
fiesta se realizaba en honor al último fin de semana de vacaciones antes de que
comenzaran las clases.
-¡Chicas!
¡Llegaron!- Exclamo Brittany, una de las porristas de la escuela.
-Me encanta
la fogata que hicieron- La aduló Nicole como era costumbre.
Abby puso los ojos en blanco y decidió
concentrar su atención en la fogata. Los troncos estaban dispuestos formando
una pirámide, listos para ser encendidos. Alrededor otros troncos, más gruesos
que los anteriores, rodeaban la pirámide. Ian, un miembro del equipo de rugby
de la escuela, jugaba con la antorcha encendida junto con otros jugadores de
los cuales pudo reconocer a Ethan, el antiguo novio de Nicole.
-Tierra
llamando a Abby- Ashley paso su mano de perfectas uñas pintadas frente a su rostro,
desconcentrándola.
Abby
dirigió su mirada a hacia ella para demostrarle que la estaba escuchando y
espero a que su amiga hablara.
-Con Nicole
vamos a buscar algo para tomar, ¿Venís con nosotras?
Abby
asintió aun sin hablar, todavía estaba
algo cohibida por su última experiencia en Quaff. Con pasos lentos siguió a sus amigas
Las tres
chicas se acercaron a la mesa de comida que estaba unos metros más alejada de
la fogata. Abby se sirvió un poco de Coca-Cola en un vaso de plástico y bebió.
-Sera mejor
que nos vayamos sentando- Hablo Nicole sobre la música- Van a encender la
fogata.
Abby siguió
a sus amigas hasta uno de los troncos y se sentó junto a Ashley y Zack, el
medio scrum del equipo de rugby.
Una vez que
el fuego estuvo ardiendo frente a ellos, Ian se aclaró la garganta llamando la
atención de todos los presentes.
-Esta
última noche de las vacaciones - Empezó
a decir con vos solemnemente fingida - Nos reunimos entorno a la hoguera para
escuchar una historia, una historia de terror que tuvo lugar en nuestra
escuela, el Altlended Norwest Christian College- Paro de hablar para recorrer
con la mirada el circulo de jóvenes que contenían el aliento. Esperando a que
continuara el relato.
Abby suspiro, antes de revolear los ojos y
refregarse la cara con las manos.
-¿Es que
nadie se cansaba de escuchar siempre la misa historia?- Pensó para sí misma.
Cada año,
todos los alumnos del ANCC se reunía en la playa, encendía una fogata y se
sentaban a su alrededor para contar la misma historia. El mismo accidente.
¡Hasta el relator era el mismo!
-Todo
comenzó en el año 1991- Continuó Ian- No hace mucho tiempo, cuando un grupo de
alumnos; que habían asistido al baile escolar de primavera, se colaron en el
viejo laboratorio de ciencias. Los alumnos, con un grabe estado de alcoholemia,
jugaron inconscientemente con sustancias químicas que se encontraban en el
lugar.
La luz del
fuego iluminaba la cara de Ian tenebrosamente. Abby rezaba porque terminara
rápido antes de que le agarrara un ataque de locura y maldijera a Ian por su
estúpido cuento.
-Todo
parecía normal, una travesura de unos chicos rebeldes. Hasta que una sustancia
química muy peligrosa se derramo mezclándose con el fuego del cigarrillo de
unos de los chicos. El laboratorio comenzó a incendiarse, envuelto por las
llamas. Los chicos quisieron escapar pero el humo los cegaba y la puerta estaba
cerrada-
A pesar de que toda la escuela ya había
escuchado sobre el incendio del ’91 todos parecían asustados y se aferraban las
manos unos con otros.
De pronto una
voz rompió el silencio - ¡Cada año es peor! – Bromeó Josh, otro jugador.
El relator
continuó hablando, ignorando por completo los comentarios-La música del baile
les impidió a los demás presentes escuchar las agonías y gritos de los jóvenes
encerrados. Para cuando los bomberos llegaron, los 5 chicos ya estaban muertos
y lo único que quedaba eran las cenizas del antiguo laboratorio de ciencias.
Silencio
total.
-Las almas
en pena de aquellos cinco jóvenes aun rondan por el antiguo laboratorio
incendiado de nuestro colegio, clamando por ayuda. La pregunta es ¿Alguien
puede ayudarlos?-
Sin aviso
previo alguien derramó agua sobre la fogata, esta se apagó dejando a todos en
la penumbra. Cinco siluetas salieron de
detrás de Ian y comenzaron a aproximarse a los espectadores.
Los
grititos histéricos de Ashley casi le perforan el tímpano a Abby, por lo que se
tapo los oídos y se alejó unos centímetros. Por fin alguien descubrió a los
falsos fantasmas. Quienes resultaron en Conor, Ethan, Ron y Louis cubiertos con
un par de sábanas.
Abby feliz
de que la historia (y la broma) hubieran terminado se dispuso a levantarse. Pero una
mano rodeo su cintura impidiendo que se pusiera de pie.
-Te vas tan
rápido hermosa - Zack susurro en su
oído. Su cabello rubio peinado hacia atrás en una especie de jopo ochentero.
Al parecer,
en su desesperad intento por alejarse de Ashley había terminado peligrosamente
cerca de Zack. Lo que el chico
obviamente había mal interpretado.
-Ni lo
sueñes Brown -
-Vamos Abby
– Insistió él – Pareces asustada ¿Por qué no vamos a dar una vuelta?
La rubia lo
fulminó con la mirada- No estoy asustada –
Sin esperar
una respuesta la chica se soltó del agarre de Zack y comenzó a alejarse. Caminó
sin rumbo fijo un par de metros. Alejándose de la multitud de adolescentes y
adentrándose en un grupo de árboles. Debía de andar con cuidado. Ya estaba
anocheciendo y ese sector de las cosas es famoso por su relieve irregular y
repentinos riscos.
Estaba
ensimismada en sus propios pensamientos cuando sintió ruidos a su espalda.
Preocupada volteó, pero no había nada. Escudriñó los árboles con la mirada y un
escalofrío le recorrió el cuerpo. Oyó pasos y cuando alzó la vista, volvió a
ver a Zack.
-¿Tan
solita?-
Decidida a
culminar con la situación lo más rápido posible, Abby usó toda su creatividad
para desafiarlo - ¿Por qué no vas con Victoria o Brittany? Ellas seguro quieren
tu compañía.
-¿Y quién
dijo que vos no querías? – El rubio hizo un nuevo además para tomar a la chica
por la cintura.
Ella gritó
un tanto histérica - ¡No me toques! -
-Oh, no te
hagas la difícil Abby – Dijo él sarcástico- En el fondo, son todas iguales –
- Yo no soy
igual que todas- Se defendió la rubia.
-Si, sos
igual, Nicole, Ashley, Victoria, Brittany – Su tono de voz iba en aumento y la
mirada estaba ensombrecida- ¿Qué te hace pensar que sos especial? -
- Yo no soy igual que ellas- Repitió. Esta vez
Abby quito la mano de Zack que acariciaba su hombro- Y quiero que te alejes de
mí.
La rubia comenzó
a correr, adentrándose más en el montón de árboles. Sólo cuando sintió que las
rodillas le temblaban se dejó caer sobre una piedra. Secó una lagrima que había escapado de sus
ojos y tomo su celular del bolsillo.
-Yo no soy
como ellas- Monologó.
Buscó el
número de Summer en su lista de contactos y marcó ‘llamar’. La chica de rizos
contesto al tercer ring.
-¿Abby?
¿Pasó algo?
- Estoy
dentro- Se limitó a decir la chica de ojos claros.
-¿Dentro?
-Quiero
trabajar en The Gate.
…
Leah
entrego el libro de medicina a Mia y luego de despedirse, las tres Bright
abandonaron Staton Library.
-Tenés que
ser más cuidadosa con lo que preguntas Cassie- Regañó a su hija la Señora
Bright una vez que estuvieron arriba del auto.
-¿Esa amiga
tuya no te dijo nada?- Intervino Mia.
-No, no me
lo dijo, y no veo por qué tendría que haberlo hecho- Se defendió la castaña.
Iban
atravesando Miller Street y Cassie le dedico una última mirada a Staton
Library. Viajaban en el coche de su madre. Mia iba en el asiento del copiloto y
Cassie en el trasero, junto a la ventana derecha.
-No sé, esa
familia es muy extraña mamá- Continuo Mia- Leah siempre fue ‘rara’-
-Te creo
hija- La secundo su madre- Su madre siempre llegaba a las reuniones de la
escuela tarde y llena de pintura- La Señora Bright esbozo una expresión de
desaprobación.
-A mi
Summer me cae bien- Comentó Cassie cansada de escuchar las críticas de su mamá
y su hermana- Es muy inteligente y, además es la editora del periódico escolar.
-Leah
también lo era, veo que es de familia- Dijo Mia.
-Ese tipo
de actividades interfieren con el estudio, supongo que no llegaran a mucho-
Opino su madre.
-Summer me
dijo que Leah estudia letras en la universidad local y le va muy bien- Trato de
defenderlas Cassie.
-¿Letras?
¿Qué clase de carrera es esa?- Pregunto indignada la Señora Bright- Esa es unas
de las consecuencias a las que te lleva estar en el periódico.
Mia apoyo
la idea de su mamá asintiendo con la cabeza.
-Y a
trabajar en una biblioteca pública- Añadió ponzoñosa.
Cassie
estaba cansada de escucharlas. No podía creer que tuvieran su misma sangre. Se
habían pasado al criticar a Summer y a su familia e iba a tomar medidas al
respecto, de hecho ya tenía un plan para atacarlas.
-Bueno,
supongo que yo voy a tener el mismo destino entonces- Manifestó.
-¿Qué estás
diciendo?- Bufó su madre mientras apretaba el volante con fuerza- Ninguna hija
mía va a estudiar letras.
-Supongo
que estas equivocada mamá porque yo también estoy en el periódico - Remató la
chica de lentes –Y si ese es mi destino lo tomo con gusto
Mia se giró
desde el asiento delantero con la mandíbula abierta a más no podar - ¿Perdiste
la cabeza? -
-No
hermana, estoy más cuerda que nunca.
…
Un grito de
terror desconcertó a Abby que estaba volviendo a la fiesta. Había hablado con
Summer, quién estaba muy contenta de darle la bienvenida al periódico. Además
le contó que Cassie la había llamado esa misma tarda aceptando también la
oferta. Trabajarían las cuatro juntas y Abby dejaría de sentirse una más de las
rubias.
Más gritos
retumbaron por la playa pero esta vez de un grupo de gente. Proveían desde el
sector contrario en el que se encontraba Abby. La chica corrió siguiendo los
gritos.
La escena
era extraña. Todos estaban asomados a un acantilado con cara de horror, algunos
con sus manos en la boca para ocultar la impresión, otros apoyados en el hombro
de algún compañero para evitar caerse, otros, hasta lloraban.
-Que
alguien llame al novecientos once- Escuchó que gritaba Ethan, su voz denotaba
desesperación.
Abby se
acercó lentamente al borde del acantilado y asomo su cabeza.
En una
posición imposible de lograr para el cuerpo humano, yacía Zack entre las
piedras de la orilla mientras las olas se estrellaban en su cara y lo
empapaban.
La rubia no
pudo evitar llevar sus manos a la boca.
Brittany
gritaba y lloraba arrodillada en el piso mientras su amiga, Victoria, la
abrazaba. Los miembros del equipo de Rugby hacían sus mejores esfuerzos por
contener las lágrimas.
-¿Qué pasó?
– Se preguntó a sí misma con horror la chica - ¿Estaba Zack muerto?
La
ambulancia llego junto con el grupo de rescate. Los profesionales apartaron a
todos del lugar para poder trabajar y pidieron que alguien llame a los padres
del accidentado.
Abby se
negó a apartarse demasiado, quería saber más sobre ese extraño hecho. ¿Cómo se
había caído? ¿Estaba borracho? Cuando habló con ella una media hora atrás
parecía bastante cuerdo. Zack, al igual que la mayoría de sus compañeros,
estaba familiarizado con el terreno. ¿Cómo es que no había notado el
acantilado? Además, siempre fue reconocido por su habilidad en los deportes,
¿cómo es que de repente se había olvidado de cómo nadar?
Después de un largo trabajo los rescatistas lograron subir el cuerpo.
Abby seguía inmóvil en su lugar, observando todo desde una distancia prudente.
El cuerpo de Zack estaba envuelto en una bolsa negra. Lo que les dio a
entender que ya no estaba con vida. Los padres del rubio se abrazan, Su madre
lloraba desconsoladamente. Abby se puse
de pie para hablar con ellos, tenía que decirles, ¡algo estaba mal! Mientras se acercaba pudo ver una mano que
apenas se asomaba de entre la bolsa. Estaba cubierta de puntitos rojos, como
pinchazos de agujas que iban creciendo.
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