sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 6

La fachada de piedra y los vidrios de colores de The Aviary llamaron la atención de Scarlett. Las grandes puertas de madera del restaurante se abrieron permitiéndole el ingreso. La morocha no siempre había estado de acuerdo con sus padres al decidir viajar a Melbourne, la ciudad natal de su padre, para recibir el año nuevo. Sin embargo ya no estaba tan disgustada al comprender que cenaría en aquel restaurante tan vintage como ella.
-¿Te gusta hija?- Le preguntó el Señor Link al notar la fascinación con que su hija admiraba el lugar.
Scarlett asintió incapaz de pronunciar palabra alguna.
-A mí me encanta. Es muy pintoresco- Calificó el lugar la Señora Link.
El Señor Link sonrió satisfecho.
-Disculpe Señor ¿Tiene reservaciones?- Un hombre ya anciano se acercó al padre de Scarlett.
-Claro, a nombre de Charles Link.
-Muy bien, en seguida lo llevaran a su mesa.
La familia Link esperaba pacientemente a que los condujeran a su correspondiente mesa,  cuando otra familia ingreso en el restaurante.
-¿Charles? – Exclamó el hombre.
El aludido pareció reconocer la voz -¿Joy?-
-¿Qué estás haciendo en Melbourne?
-Vinimos a recibir el año nuevo – Explicó Charles gratamente sorprendido -  ¿Y ustedes?-
- Lo mismo-
-Todos los años venimos a Melbourne, a Joy le gusta como disfrazan la ciudad en esta época- Aclaro su esposa.
Charles palmeo la espalda de Joy -Hace tanto que no nos vemos hermano-
-Muchos años – Convino él -  Tenemos mucho de qué hablar, ¿ella es tu hija? –
Repentinamente la adolescente se sintió cohíba al notar tantos ojos puestos en ella, ¿quiénes eran estas personas?
Su padre colocó una mano en su hombro y lo apretó con cariño – Así es, te presento a Scarlett–
- No debes tener ni idea de quiénes somos – Aventuró Joy –
Scarlett se encogió de hombros para indicarle que había acertado – Lo siento, pero no –
El hombre rió, claramente esto no lo sorprendía – Tu padre y yo éramos vecinos, aunque después de la escuela perdimos contacto -
-Señor Link su mesa esta lista- Los interrumpió el anciano de traje negro y cabellos grises.
-Joy ¿por qué no comen con nosotros? – Sugirió Charles -  Así podemos hablar -
La madre de Scarlett lo secundó - Nos encantaría que nos acompañen-
Joy aceptó gustoso – Por supuesto, aunque estamos esperando a mi hijo menor, no debería tardar -
….
-Cassie te estoy diciendo que tenes que venir, no te vas a arrepentir- Insistió Abby.
La rubia podía oír como su amiga suspiraba al otro lado-Abby ya te dije que esas cosas no son para mí, prefiero quedarme en casa con mi familia.
-Está bien pero no me llames arrepentida cuando te estés aburriendo en tu casa, adiós.
 Abby corto furiosa su llamada. Ahora tenía que pasar año nuevo con sus dos rubias amigas que ya no hacían más que molestarla. Con Scarlett en Melbourne, Summer visitando a su padre en New York y Cassie encerrada en su casa,  no le quedaba otra opción.
-Abby ya no insistas es obvio que no sabe lo que es diversión- Trato de consolarla Nicole   - Además, no creo que pueda seguirnos el ritmo-
Abby ignoró a su amiga con un solo carraspeo y entro en Quaff totalmente enojada.
….
-Papá vas a tener que pagarme una comisión por estacionar el auto, no sabes lo difícil que fue encontrar un lugar libre- Se quejó Calum a encontrar a su padre en The Aviary. Todos los años en la misma fecha cenaban en aquel restaurante como una costumbre familiar, salvo que esta vez su hermana Mali no había ido.
Calum encontró a sus padres acomodados en una mesa junto a otra familia. A quienes su padre se encargó de presentar.
-Ahí estás  - Exclamó Joy una vez que el chico estuvo a una distancia prudente – Charles, este es mi hijo, Calum –
El extraño se puso de pie y estrechó la mano de Calum – Tenés suerte, sos parecido a tu madre – Comentó este en tono de broma.
El señor Hood propinó una carcajada – Calum, el Señor Link es un viejo amigo de mi infancia, estas son su esposa y su hija -
Calum saludo cortésmente a la Señora Link  pero no pudo pronunciar ningún saludo cundo vio a su hija.
-Hola- Dijo Scarlett tímidamente sin poder sostener la mirada.
Calum logró tartamudear una respuesta - Hola-
-Calum sentaste que ya vamos a pedir la comida- Lo animó su madre – Ahora que lo pienso, Bridget, ¿Scarlett y Calum no son de la misma edad? - 
La madre de Scarlett no tardó en contestar – Scarlett acaba de cumplir los 16 –
El único espacio que había libre en la mesa para seis personas era en frente de Scarlett. A regañadientes Calum tomó asiento y miro fijamente a la chica que jugaba con el salero evitando su mirada.
-Oh, bueno, Calum ya tiene 17, es una linda diferencia de edad -  Sugirió la Señora Hood provocando que los aludidos se pusieran  bastante incómodos.
La conversación entre sus padres era animada pero ni Scarlett ni Calum habían pronunciado alguna palabra. El ambiente estaba tenso, al menos entre ellos dos, Calum decido que era hora de divertirse un poco y torturar a la chica.
-Así que ¿Scarlett era tu nombre?- Interrogó a la morocha.
-¿Me lo estas preguntando en serio Calum?
El chico reprimió una carcajada -Solo quería darte conversación-
-¿Preguntándome mi nombre?
- ¿De qué querés hablar si no? – Inquirió chistoso – El clima es un tema un tanto gastado
 -Podrías haber hecho algún comentario del lugar- Lo desafió Scarlett.
Él se rasco la barbilla mientras prensaba - O de la comida si vamos al caso.
Scarlett no pudo evitar sonreír y Calum lo notó.
-Es muy extraño haberte encontrado en Melbourne- No pudo evitar decir el chico.
-Y que nuestros padres sean viejos amigos- Coincidió Scarlett.
Calum le dedicó un guiño disimulado-Parece que el destino quiere unirnos, además de nuestras madres por lo que veo -
Scarlett no pudo contestar por la interrupción del mozo quien traía su comida, la cual agradeció.
-¿Qué los trae a Melbourne?- Pregunto Calum a Scarlett cambiando de tema.
-Un ataque de nostalgia de mi padre.
El chico de ojos marrones sonrió -Parece que es cosa de amigos.
- Supongo.
En el otro extremo de la mesa retumbaba la voz de Charles -¿Joy no tenías una hija?-
-Sí, Mali Koa se quedó con sus amigos en Sydney, no es por alardear, pero estuvo en The Voice -
La Señora Link intervino en la conversación - ¡Estuve toda la temporada diciéndole a Charles que era tu hija!, nunca quiso reconocerlo -
Scarlett no comprendía como toda su familia conocía a los Hood menos ella. ¿En qué mundo había vivido todo este tiempo?
….
El pub estaba completamente lleno de jóvenes que, como Abby, habían preferido esperar el año nuevo con sus amigos.
Las tres chicas estaban sentadas en la mesa más cercana a la puerta, por preferencia de Abby. Les había asegurado que en aquel lugar entraba más aire y no transpirarían tanto.
Abby no parecía estar animada, lo que era raro,  ya que a ella le encantaba salir. Aunque a decir verdad ya no era lo mismo salir con las rubias como lo era antes de conocer a sus nuevas amigas. Ciertamente Nicole, Ashley y ella habían tenido temas de conversación en el pasado, pero últimamente se le hacía cada vez más difícil no comparar a los dos grupos.
Distraída se dedico a examinar mejor el pub. Nada demasiado interesante, aunque sus ojos se detuvieron mayormente en la pantalla en dónde se realizaba la cuenta regresiva para el inicio del nuevo año. Faltaban treinta minutos.
-Abby, rubio lindo a la derecha- Ashley la sacó de sus cavilaciones.
La chica alzó las cejas con indecisión.
Nicole la secundó -Y te está mirando-
Abby  giro su cabeza hacia donde se lo señalaban sus amigas. La rubia apretó fuertemente su vaso cuando reconoció a los chicos sentados un par de mesas de la suya. Después de la entrevista se había familiarizado más con sus rostros. Se fijó especialmente en Luke, en sus cabellos rubios despeinados y la sonrisa indiscreta que le dedicaba. Sorprendentemente cohíba le devolvió una sonrisa tímida y  apartó la mirada apresuradamente. Esperó unos segundos antes de volver a hablar.

-¿Sigue mirando? –

Su séquito negó con un movimiento de cabeza.

-Tengo que hacer una llamada – Les informó mientras se levantaba de su silla revolvía su bolso de mano.

Sin esperar una respuesta se dirigió hacia una zona más aislada para poder hablar con tranquilidad. Marcó el número y oyó el tono unas cinco veces antes de que respondieran.

-Abby ya te dije que n… -

La rubia interrumpió a su interlocutora -¿Adivina quien vino al bar con sus amigos?-
-¿Quién?-
-Michael Clifford – Dijo acompañada de una risita histérica - ¡Te lo estás perdiendo por no querer venir!
-¡No puedo creer que sigas con eso! – Se quejó Cassie – Tenés que sacarte la tonta idea de que me gusta de la cabeza –
-Oh, eso no te lo crees ni vos – Espetó – Estoy segura de que todavía estás usando los aros que te regalo –
Cassie tardo en contestar pero finalmente lo hizo – Son lindos, pero eso no tiene nada que ver, ahora si me disculpas, intento dormir -
Abby guardó su teléfono frustrada luego de que le cortaran. Cassie era muy obstinada cuando quería. Acomodó su vestido y volvió a la mesa donde sus otras amigas la esperaban.
-¿Por qué no vamos a hablarles?- Propuso Ashley quien daba un pequeño sorbito a uno de los tres  vasos de Vodka frente a ella.
Abby imaginó que las rubias debían haberlos pedido cuando ella no estaba. Por el rabillo del ojo buscó la mesa donde antes había visto a Luke. Se sorprendió al verla vacía.
-¿Te estas escuchando Ashley?- La regaño Nicole, quien no había notado que los chicos ya se habían ido- No vamos a rebajarnos a ese nivel, si quieren hablarnos que vengan ellos.
-Nicole tiene razón - La apoyó Abby y luego dio un trago a su vodka  -  ¿Por qué no vamos a bailar?
Las tres amigas se dirigieron a la pista para bailar. La música, una canción electrónica que perforaba los tímpanos resonaba por todo el lugar, la gente, que era mucha, se apretaba para hacerse un espacio en la pista.  Abby recorrió el lugar con la mirada,  inconscientemente buscando al chico rubio. Nuevamente,  no pudo encontrarlo.
Cerró los ojos y trato de ignorar que el lugar estaba cada vez más lleno, se concentró en la música y bailo en el pequeño espacio que tenía.
Nicole habló obligando a Abby a abrir los ojos. Fue una mala idea. Se encontraban en el medio de la pista rodeadas de una masa de jóvenes que bailaban. Abby comenzó a transpirar, los latidos de su corazón fueron en aumento. Los flashes y las luces se habían vuelto inesperadamente insoportables.  Trato de ignorarlo y seguir bailando, ya había superado esos problemas, ya no era una niña.
A pesar de todos los esfuerzos que hizo para ignorarlo, Abby no pudo evitar sentir que el aire empezaba a escasear. Se sentía mareada, todo le daba vueltas y ya no bailaba. Quiso escapar de la pista de baile pero la multitud no se lo permitía. Entro en pánico. Ignoro los gritos de sus amigas que le preguntaban por qué se iba, no iba a decirles lo que le estaba pasando, se negaba. El pánico aumento, comenzó a empujar a los bailarines que la miraban con enfado. Tenía que salir, tenía que respirar. No podía soportarlo más.
Se vio rodeada. No encontraba la salida y estaba a punto de hiperventilar, todo daba vueltas. La chica logró cerrar los ojos preparada para desmayarse cuando una mano la tomo por el brazo y la saco de esa jungla de personas. La mano no la soltó hasta que se encontraron en un lugar más despejado. Abby respiro el aire fresco de la noche, se relajó y abrió los ojos. Todo había pasado.
Cuando estuvo mejor para hablar miro al chico que la había rescatado y no pudo evitar sonrojarse. Luke la observaba con la preocupación grabada en su cara.
-Perdón- Se disculpó la rubia.
-¿Perdón por qué?-
Abby clavó los ojos en el piso un tanto avergonzada -Porque hayas tenido que rescatarme recién.  No sé qué me pasó-
 -Creo que no es raro que te haya pasado, teniendo en cuanta la cantidad de gente que había. El calor tampoco ayuda mucho- La consoló Luke.
-Es que esto no tendría que haber pasado- Ella escondió su cabeza entre sus abrazos-  Hacía mucho que no me pasaba –
Él la miró confundido - ¿Esto te había pasado antes? –
La chica tragó saliva y asintió con la cabeza.
-¿Nunca pensaste en recibir ayuda? –
De repente Abby se sintió más enfurecida que avergonzada, ¿quién era él para decirle lo que tenía qué hacer? Le lanzó una mirada furiosa – Ya recibí tratamiento y está superado. Podes relajarte, no soy una loca peligrosa  –
-No quise decir eso – Se explicó él – No hace falta que estés tan a la defensiva –
La rubia lanzó un suspiro – Perdón, estoy algo alterada –
El eco de los concurrentes que todavía estaban dentro del pub se volvió más alto. Estaban contando, ya casi era hora. ¡Diez!
Luke pasó su brazo por su espalda y la acaricio tiernamente para tranquilizarla -Si querés esto puede quedar entre nosotros-
¡Nueve!
-¿Guardarías el secreto?- Abby miro  a Luke directamente a los ojos.
¡Ocho!
El rubio asintió aunque tomó aire para hablar – En caso de que vuelva a pasar… -
¡Siete!
-Nunca va a volver a pasar –Aclaró ella.
¡Seis!
Luke puso los ojos en blanco – Pero si pasa – La escudriñó con la mirada – Prométeme que vas a hacer algo al respecto –
¡Cinco!
Ella asintió – Prometido –
¡Cuatro!
-De acuerdo entonces, tu secreto está a salvo conmigo –
¡Tres!
Abby sonrió y en un impulso lo abrazó.
¡Dos!
-Gracias Luke.
¡Uno!
Algo sorprendido ante la reacción de la chica Luke tardo un instante en responder. Lentamente la rodeó con sus brazos – Feliz año nuevo Abby -
….
-¿Vas a contarme cual fue esa mala experiencia? - Inquirió Calum a Scarlett.
Estaban en el patio del restaurante esperando para ver los fuegos artificiales que anunciaban un nuevo año.
Scarlett intentó hacerse la desentendida - ¿Qué mala experiencia? –
-La mala experiencia por la que me rechazaste – Le recordó él siguiéndole el juego – Aquella por la que no salís con músicos -  
La chica se mordió el labio. Podía no contarle, inventar una excusa tonta, cambiar de tema y simplemente marcharse. Pero no le apetecía nada de eso, por alguna razón, le agradaba Calum. Sentía que le debía una explicación.
Tomo aire una, dos, tres veces antes de comenzar a hablar.
-Se llamaba Blake – Comenzó a relatar con la mirada puesta en el horizonte -  Tocaba la batería en una banda, no creo que la conozcas- Se detuvo para ver la expresión del rostro de Calum y al notar que el chico estaba ansioso por oír más continuó – Cuando empezamos a salir no eran más que una bandita local. Era divertido, ir a verlo tocar en bares, hasta que un día apareció un productor. Le dio su tarjeta y le dijo que iba a ‘cambiar su vida’ Al principio todo iba bien, le ofrecieron un lugar como baterista de soporte, le llenó la cabeza con que ese sería su comienzo para algo más grande. Dos meses después se fue a Los Ángeles, dejó las escuela, sus amigos y por supuesto, a mí.
Hubo un silencio antes de que Scarlett volviera a hablar
-Y ya te imaginaras el final ¿no?
Calum miró a Scarlett y pudo percibir la tristeza en su rostro.
-Entiendo que estés mal por eso y que no quieras volver a pasar por lo mismo pero… - El chico se detuvo para seleccionar sus palabras cuidadosamente – No todos somos iguales -
Scarlett puso los ojos en blanco – Por supuesto, ahora me vas a decir que vos sos la excepción-
-Tenés que reconocer que sos un tanto injusta –
-¿Y cómo sé que sos distinto? – Inquirió ella sarcástica–
- Dándome una oportunidad -
Scarlett despego la vista del cielo miró a Calum.
-Solo una oportunidad, una cita. Déjame demostrarte que no soy igual que Blake- Insistió el morocho – Por cierto, que nombre tan soso-
La chica suprimió una risa. Lo meditó. ¿Estaría dispuesta a darle a Calum la oportunidad que se merece? ¿Se permitiría a ella misma disfrutar de la compañía de ese amigo que tan bien le hacía? ¿Se arriesgaría?
-Está bien, pero solo una –
Antes de que Calum pudiera contestar el estruendo de los fuegos artificiales surcando el cielo los interrumpió. El juego de luces en el cielo los distrajo a ambos obligándolos a alzar la vista. Scarlett podía oír a las demás personas en el patio saludando y brindando. Sintió que alguien le susurraba al oído.
-Feliz año nuevo Scarlett –

Sin volver el rostro respondió – Feliz año nuevo Calum - 

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