-¿Cassie
podes ir a buscar uno de mis regalos de navidad al centro comercial? - Cassie
imitó la voz de su hermana - Mi vuelo se
retrasó y no voy a poder llegar –
Estaba
verdaderamente enojada con Mia, la perfecta Mia. Con solo pedirlo su hermana
tenia a sus pies todo lo que sus padres podían darle. Era la mimada, la más
inteligente, la más responsable y la más bonita. Todos adoraban a Mia. Y
después, bueno, después estaba ella, Cassie.
-Ya que se
da el lujo de vivir en América podría comprar sus regalos allá – Dijo a
regañadientes mientras cruzaba a grandes pasos los pasillos de Sydney Central
Plaza - Pero no, es más fácil mandar a la tonta de Cassie, quién seguro no tiene nada más importante que
hacer- Continuó despotricando, el costoso Rolex que Mia le regalaría a su madre
parecía pesar una tonelada en sus manos.
No podía
competir con ella. Sus ahorros estaban llegando a su fin, su mamá tendría que
conformase con una linda blusa de cachemira. Aunque no sólo era una cuestión
financiera. Cassie se había pasado la vida entera viviendo bajo la sombra de su
hermana mayor. Mia no sólo había logrado ser la primera de su clase, sino que
también había sido una de las chicas populares. Cassie acomodó sus anteojos que
se habían corrido de lugar. Todavía ahora su madre se podía pasar horas
contándole a todo el que se atreviera a preguntar por sus hijas sobre como Mia
había logrado combinar su puesto como capitana del equipo de porristas junto
con las clases extras para obtener la beca en Harvard.
El ringtone
de su celular la alarmo. Mantuvo su paso apresurado mientras sacaba el aparato
del bolsillo de sus jeans.
-Ben- Dijo
al contestar.
-Cassie,
mamá dijo que estabas en el Central Plaza- Habló su hermano menor desde la otra
línea.
-Sí –
Confirmó - ¿Necesitas algo?
-¿Podrías
comprarme una púa en Kosmic?, la última que tenia se me rompió.
-¡Benjamin
te compre esa púa hace menos de una semana!-
-Es que
estamos ensayando muy duro, hay una competencia de bandas dentro de poco, de
verdad queremos ganar- Se defendió su hermano de 14 años, quién
recientemente había formado una banda de música punk con un grupo de
amigos.
Cassie no
estaba muy contenta con la idea de tener un grupo de púbers haciendo ruido en
el garaje de su casa, pero quería a Ben y
la satisfacción al ver la cara de espanto de su madre cada vez que había
ensayo no tenía precio.
-Está bien
– Accedió un poco más animada - ¿Cualquiera está bien?
-Si, de
todas formas la voy a romper – Admitió Ben entre risas - Te quiero hermana.
El niño
corto la llamada y Cassie tomando una gran bocanada de aire se dirigió hacia Kosmic.
Una vez
dentro dirigió su marcha directamente hasta el mostrador, donde uno de los
empleados la recibió con una amplia sonrisa. Con tranquilidad le indicó al
vendedor que necesitaba una púa.
-Gracias-
Cassie tomó la bolsa que el chico le tendía y salió del local de música.
Iba camino
a la salida del gran centro comercial cuando sintió que alguien la llamaba, o
eso creía.
-¡Eh!,
Cassie- La llamó el chico desde la entrada de la lujosa perfumería frente a
Kosmic.
Cassie
regreso sobre sus pasos realmente extrañada ¿Por qué ese chico de cabellos
blancos con una mecha negra que le
atravesaba el medio de la cabeza conocía su nombre?
-¿Si?-
Inquirió tímidamente.
-Necesito
que me ayudes con esto- Suplicó el extraño chico- No sé nada sobre perfumes.
-Perdón
¿Nos conocemos?- Pregunto la chica atónita.
El chico
que llevaba una remera de Green Day la miró extrañado- Soy Michael Clifford, de
Five Seconds of Summer – Explicó algo ofendido - Tu amiga nos hizo una entrevista hace unas
semanas
-Ah -
Recordó Cassie - Sos el chico de cabello rosa
-El mismo.
-¿O sea que
me reconociste de aquel día y simplemente me llamaste para que te ayude a
escoger un perfume?-
-Un perfume
que será el regalo de navidad de mamá- Acotó el muchacho.
-¿Y confías
en mi para ayudarte?, digo, es la primera vez que hablamos - Señaló entre confundida y sorprendida -
¿Cómo podes saber si soy de confianza?
Michael se
encogió de hombros- No sé, tenes cara de buena ¿Eso cuenta?
-No, para
nada- Dijo indignada Cassie.
-Mira,
solamente necesito que me ayudes a escoger un perfume para regalarle a mamá –
Volvió a pedirle Mike - Después te dejo
en paz ¿Podes hacer eso?
-Está bien-
Acepto la chica de lentes con un suspiro. Se había pasado el día haciendo
favores, uno más no haría la diferencia.
-Genial-
Michael arrastro a Cassie por dentro de la tienda y la condujo por las
estanterías llenas de perfumes y se detuvo frente a una.
-Primero,
¿Qué perfume le gusta a una madre?- Le preguntó.
-Creo que
uno de Carolina Herrera estaría bien- Opinó Cassie ojeando los perfumes que se
encontraban frente a ella.
-¿Y cuáles
son los de Carolina Herrera?
-Estos,
tienen su logo, ¿ves? - Cassie señalo
uno de los perfumes más cercanos a ella, el cual tenía las iniciales CH
grabadas en el medio del frasco.
-Bien, ya
entendí – De defendió él – Se me suelen escapar esos detalles –
Cassie
contuvo la risa y continuó examinando los frascos - Tenés el 212 Sexy…
-No, ese
definitivamente no-
La chica
puso los ojos en blanco- Está bien, ¿212 Vip?
-Ese puede
ser- Michael tomo el perfume dorado y lo examino.
- Este es
uno de los favoritos de mi mamá- Manifestó Cassie tendiéndole otro perfume
color rojo- O también está el Sublime.
Michael olió
los tres perfumes y miro a Cassie con impaciencia y algo mareado.
-¡Todos
tienen el mismo olor!- Exclamó
-¡¿Qué?! –
La chica hizo un esfuerzo sobre humano para suprimir su impulso de abofetearlo
- ¡Son muy diferentes! Tenes que ponerte
un poco en la mano para poder apreciar mejor el olor- Le indico la castaña.
Cassie tomó
uno de los perfumes de muestra e intento rociar la mano de Michael, pero él la
corrió apresuradamente.
-¿Estás
loca? Es un perfume de mujer – Se quejó -
Mejor probalo vos.
Cassie puso
los ojos en blanco y roció una pequeña porción de su muñeca izquierda con el
perfume. Acerco su mano hacia su nariz y aspiro la fragancia.
-Olé- Animó
al chico tendiéndole su mano.
Michael
obedeció y lo olió.
-Me gusta –
Admitió mientras se alejaba un poco para estornudar - Ahora probemos los otros- Dijo tendiéndole los
otros dos perfumes de muestra y repitieron el mismo procedimiento.
-¿Cuál te
gusta más?- Inquirió Cassie.
-No sé,
¿Cuál te gusta a vos?-
-Sublime,
es uno de mis favoritos.
-Entonces
me llevo ese- Declaró dedicándole una sonrisa.
Cassie
sonrió tímidamente.
….
-Su entrada
- El empleado del cine tendió a Summer el alargado papel color crema.
Summer
había abandonado su casa a hurtadillas para poder presentarse en el cine. Como
casi todas las noches previas a Navidad, no lograba conciliar el sueño. Por lo
que tomo su cámara y se adentró en la noche para dirigirse al Event Cinema,
donde pasaban un especial de trasnoche de navidad.
-Gremlins-
Leyó el título de la película que vería. Ya la había visto varias veces en
navidades anteriores, pero el cine antiguo le encantaba y no le importaba verla
una vez más.
La sala
estaba completamente vacía a excepción de una pareja sentada al fondo donde las
luces no alcanzaban a iluminar. También estaba el hombre de mantenimiento, un
viejo de unos ochenta años que fregaba el piso mientras maldecía en silencio a
“los jóvenes insolentes” y un chico de cabellos castaños claros que ocupaba un
lugar en el centro de la sala.
A medida
que Summer se adentraba más en el gran salón pudo identificar la identidad del
muchacho que comía sus popcorn con lentitud y miraba fijo la pantalla que aún
estaba en blanco. Era Ashton Irwin, el chico de la banda que habían entrevistado
ya hacía mucho y que había arruinado su foto. Decidió acercarse a él, ya que no
había nadie más en la sala con quien hablar y ambos estaban solos.
-Hola- Dijo
cuándo estuvo a una distancia prudente.
Ashton giro la cabeza y sonrió sorprendido al
verla -Hey, ¿Qué haces en el cine a esta hora?
-Lo mismo
te pregunto.
- La
diferencia de horarios- Explicó el chico- Mi reloj interno se acostumbró a los
horarios de Londres -
- Yo tengo
insomnio – Admitió mientras tomaba asiento en la butaca vacía junto a él - Siempre
me pasa cuando hay alguna fecha importante y navidad es una de ellas.
-Tenemos
algo en común- Indicó Ashton.
-¿Qué cosa?
¿Qué ambos no podemos dormir?
- No- El
chico sonrió abiertamente y Summer tuvo que agarrarse de la butaca para no
caer- Ambos recurrimos al cine de trasnoche si no podemos conciliar el sueño.
Summer no
llegó a contestar, las luces de la sala se apagaron y la pantalla se iluminó.
La chica se acomodó mejor mientras los
títulos de la película aparecían en pantalla.
Ambos
disfrutaron de la película. Como ella ya la había visto, en realidad nada le
sorprendió demasiado. Los gremlins siempre le habían parecido criaturitas muy
simpáticas. Si se dejaba de lado que podía convertirse en asesinos despiadados
y demás detalles un poco desagradables. Todo transcurría tranquilamente, en cierto
punto notó que todos los músculos de su cuerpo se relajaban, los párpados
comenzaron a pesar toneladas sobre sus ojos y la cabeza se hundió en el
respaldo de su asiento. Al parecer la película la estaba adormeciendo. Sin
poder controlar el cansancio Summer cerró los ojos. Todo parecía ir bien hasta que
la escena de una mujer que se veía atacada por un ejército de Gremlins que
destruían la ciudad la despertó de un sobresalto. Una de las caras horribles de
un Gremlin apareció en pantalla y Summer con un grito se refugió en el hombro
de Ashton. A este no le importo el contacto de la chica y permitió que se
aferrara a su remera mientras el terror pasaba.
A diferencia de ella, él reía como si en lugar de estar viendo algo
terrorífico estuviera viendo una comedia.
…
-No
deberías dejar tus compras de Navidad para último momento – Lo reprendió
Cassie.
Mike meneó
la cabeza como si fuera su madre la que lo estaba regañando – Lo sé, es que son tantos, siempre me olvido de alguien –
Caminaban
juntos hacia la salida del Sydney Central Plaza tratando de dejar atrás a la
multitud de compradores.
La chica le
dirigió una última mirada de desaprobación y luego suspiró - Deberías hacer una lista, como yo, así nunca
se me olvida nada –
-Si tu plan
es tan perfecto, ¿qué haces acá en víspera de Navidad? –
-Un favor
para mi perfecta hermana - Respondió
Cassie sarcásticamente-
Él le
dedicó una sonrisa torcida – No se llevan muy bien, ¿eh?-
-La verdad
es que no - La castaña clavó los ojos en el suelo y negó con la cabeza – Pero no
tiene importancia –
- La verdad
es que parece que para vos sí es importante – Observó él.
Cassie se
encogió de hombros restándole importancia.
Mike lanzó un suspiró y comenzó a rebuscar
algo en el bolsillo de su pantalón hasta sacar un pequeño cartoncito.
-Los compre
por si acaso se me había olvidado alguien más – Explicó mientras colocaba el
cartón en la mano libre de Cassie, sobre el mismo se veía un par de aros con
forma de hombre de nieve – Pero creo que te servirían más a vos - Concluyó señalando la remera con motivo
navideño de la chica.
- No puedo aceptarlos – Intentó rechazar el
regalo mientras controlaba el rubor de sus mejillas – Yo no tengo nada para
darte-
Él se negó
a aceptarlos – Considéralo un agradecimiento por tu ayuda –
Una media sonrisa se dibujo en el rostro de la
castaña.
-Bien… -
Dijo Mike algo nervioso al notar que se habían detenido justo frente a la puerta de salida del centro
comercial – Creo que acá nos separamos –
Cassie
asintió todavía algo confundida y luego observó como la cabeza rubia del chico
se alejaba.
-Mike – Lo
llamó cuando este abría la puerta –
Él volteó
el rostro para mirarla.
-Gracias –
Dijo Cassie con mayor confianza de la esperada.
El rubio le
dedicó una sonrisa – Feliz Navidad Cassie –
…
Las escenas
siguieron avanzando y Summer volvió a relajarse. Se concentró en el perfume de
Ashton y nuevamente se sintió soñolienta aunque logró no dormirse.
Cuando la
película finalizó Ashton y Summer abandonaron la sala sin decir una palabra,
aún cuando las mejillas de la chica estaban algo rojas cuando volvió la luz y
el encargado le lanzó una mirada suspicaz. No fue hasta que dejaron atrás el
cine que Ashton rompió el silencio.
-¿Cuándo
compraste la entrada sabias que era una película de terror?
-Si - Manifestó algo molesta la chica de rizos - No
es la primera vez que la veo, es que me tomó desprevenida.
El chico lo
miró con una ceja levantada - ¿Estás segura?-
– Me estaba
quedando dormida, los gritos me alteraron – Admitió algo avergonzada.
-¿Entonces
no era una excusa para abrazarme? – Comentó Ashton fingiendo desilusión.
Summer puso
los ojos en blanco – Te gustaría, no después de que arruinaras mi foto-
-¿Qué foto?
–
La chica
abrió los ojos como platos al notar que había hablado de más.
- Nada
–
Él la
escudriñó con la mirada - ¡No podes dejarme con la intriga! Tómalo como tu
buena acción de Navidad -
-Todavía no
es Navidad – Espetó ella.
Ambos
estaba parados fuera del cine, un aire de verano refrescante los envolvía.
-Técnicamente
ya es – Rebatió el castaño con una sonrisa victoriosa- Son las doce –
Ella
suspiró frustrada - ¿Y si de regalo de Navidad te pido que no me hagas contarte
lo de la foto? –
El chico se
rascó la cabeza confundido – Está bien, entonces yo también pido un regalo –
Summer dudó
unos instantes antes de asentir con la cabeza.
-Déjame
acompañarte hasta tu casa – Pidió él extendiéndole la mano.
Una nueva
brisa hizo que la chica se estremeciera, nerviosa tomó la mano que le tendía.
-Feliz
Navidad Summer – Le dijo mientras comenzaban a caminar.
-Feliz Navidad
Ashton- Respondió ella.
Oooh quw bonito jajaja
ResponderBorrarFeliz Navidad a todos los que lean esto ^-^
nueva lectora:) me encanta síguela por fa :3
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