sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo 5

-¿Cassie podes ir a buscar uno de mis regalos de navidad al centro comercial? - Cassie imitó la voz de su hermana -  Mi vuelo se retrasó y no voy a poder llegar –
Estaba verdaderamente enojada con Mia, la perfecta Mia. Con solo pedirlo su hermana tenia a sus pies todo lo que sus padres podían darle. Era la mimada, la más inteligente, la más responsable y la más bonita. Todos adoraban a Mia. Y después, bueno, después estaba ella, Cassie.
-Ya que se da el lujo de vivir en América podría comprar sus regalos allá – Dijo a regañadientes mientras cruzaba a grandes pasos los pasillos de Sydney Central Plaza - Pero no, es más fácil mandar a la tonta de Cassie,  quién seguro no tiene nada más importante que hacer- Continuó despotricando, el costoso Rolex que Mia le regalaría a su madre parecía pesar una tonelada en sus manos.
No podía competir con ella. Sus ahorros estaban llegando a su fin, su mamá tendría que conformase con una linda blusa de cachemira. Aunque no sólo era una cuestión financiera. Cassie se había pasado la vida entera viviendo bajo la sombra de su hermana mayor. Mia no sólo había logrado ser la primera de su clase, sino que también había sido una de las chicas populares. Cassie acomodó sus anteojos que se habían corrido de lugar. Todavía ahora su madre se podía pasar horas contándole a todo el que se atreviera a preguntar por sus hijas sobre como Mia había logrado combinar su puesto como capitana del equipo de porristas junto con las clases extras para obtener la beca en Harvard.
El ringtone de su celular la alarmo. Mantuvo su paso apresurado mientras sacaba el aparato del bolsillo de sus jeans.
-Ben- Dijo al contestar.
-Cassie, mamá dijo que estabas en el Central Plaza- Habló su hermano menor desde la otra línea.
-Sí – Confirmó -  ¿Necesitas algo?
-¿Podrías comprarme una púa en Kosmic?, la última que tenia se me rompió.
-¡Benjamin te compre esa púa hace menos de una semana!-
-Es que estamos ensayando muy duro, hay una competencia de bandas dentro de poco, de verdad queremos ganar- Se defendió su hermano de 14 años,  quién  recientemente había formado una banda de música punk con un grupo de amigos.
Cassie no estaba muy contenta con la idea de tener un grupo de púbers haciendo ruido en el garaje de su casa, pero quería a Ben y  la satisfacción al ver la cara de espanto de su madre cada vez que había ensayo no tenía precio.
-Está bien – Accedió un poco más animada - ¿Cualquiera está bien?
-Si, de todas formas la voy a romper – Admitió Ben entre risas - Te quiero hermana.
El niño corto la llamada y Cassie tomando una gran bocanada de aire se dirigió hacia Kosmic.
Una vez dentro dirigió su marcha directamente hasta el mostrador, donde uno de los empleados la recibió con una amplia sonrisa. Con tranquilidad le indicó al vendedor que necesitaba una púa.
-Gracias- Cassie tomó la bolsa que el chico le tendía y salió del local de música.
Iba camino a la salida del gran centro comercial cuando sintió que alguien la llamaba, o eso creía.
-¡Eh!, Cassie- La llamó el chico desde la entrada de la lujosa perfumería frente a Kosmic.
Cassie regreso sobre sus pasos realmente extrañada ¿Por qué ese chico de cabellos blancos con una  mecha negra que le atravesaba el medio de la cabeza conocía su nombre?
-¿Si?- Inquirió tímidamente.
-Necesito que me ayudes con esto- Suplicó el extraño chico- No sé nada sobre perfumes.
-Perdón ¿Nos conocemos?- Pregunto la chica atónita.
El chico que llevaba una remera de Green Day la miró extrañado- Soy Michael Clifford, de Five Seconds of Summer – Explicó algo ofendido -  Tu amiga nos hizo una entrevista hace unas semanas
-Ah - Recordó Cassie - Sos el chico de cabello rosa
-El mismo.
-¿O sea que me reconociste de aquel día y simplemente me llamaste para que te ayude a escoger un perfume?-
-Un perfume que será el regalo de navidad de mamá- Acotó el muchacho.
-¿Y confías en mi para ayudarte?, digo, es la primera vez que hablamos  - Señaló entre confundida y sorprendida - ¿Cómo podes saber si soy de confianza?
Michael se encogió de hombros- No sé, tenes cara de buena ¿Eso cuenta?
-No, para nada- Dijo indignada Cassie.
-Mira, solamente necesito que me ayudes a escoger un perfume para regalarle a mamá – Volvió a pedirle Mike -  Después te dejo en paz ¿Podes hacer eso?
-Está bien- Acepto la chica de lentes con un suspiro. Se había pasado el día haciendo favores, uno más no haría la diferencia.
-Genial- Michael arrastro a Cassie por dentro de la tienda y la condujo por las estanterías llenas de perfumes y se detuvo frente a una.
-Primero, ¿Qué perfume le gusta a una madre?- Le preguntó.
-Creo que uno de Carolina Herrera estaría bien- Opinó Cassie ojeando los perfumes que se encontraban frente a ella.
-¿Y cuáles son los de Carolina Herrera?
-Estos, tienen su logo, ¿ves? -  Cassie señalo uno de los perfumes más cercanos a ella, el cual tenía las iniciales CH grabadas en el medio del frasco.
-Bien, ya entendí – De defendió él – Se me suelen escapar esos detalles –
Cassie contuvo la risa y continuó examinando los frascos - Tenés el 212 Sexy…
-No, ese definitivamente no-
La chica puso los ojos en blanco- Está bien, ¿212 Vip?
-Ese puede ser- Michael tomo el perfume dorado y lo examino.
- Este es uno de los favoritos de mi mamá- Manifestó Cassie tendiéndole otro perfume color rojo- O también está el Sublime.
Michael olió los tres perfumes y miro a Cassie con impaciencia y algo mareado.
-¡Todos tienen el mismo olor!- Exclamó
-¡¿Qué?! – La chica hizo un esfuerzo sobre humano para suprimir su impulso de abofetearlo -  ¡Son muy diferentes! Tenes que ponerte un poco en la mano para poder apreciar mejor el olor- Le indico la castaña.
Cassie tomó uno de los perfumes de muestra e intento rociar la mano de Michael, pero él la corrió apresuradamente.
-¿Estás loca? Es un perfume de mujer – Se quejó -  Mejor probalo vos.
Cassie puso los ojos en blanco y roció una pequeña porción de su muñeca izquierda con el perfume. Acerco su mano hacia su nariz y aspiro la fragancia.
-Olé- Animó al chico tendiéndole su mano.
Michael obedeció y lo olió.
-Me gusta – Admitió mientras se alejaba un poco para estornudar -  Ahora probemos los otros- Dijo tendiéndole los otros dos perfumes de muestra y repitieron el mismo procedimiento.
-¿Cuál te gusta más?- Inquirió Cassie.
-No sé, ¿Cuál te gusta a vos?-
-Sublime, es uno de mis favoritos.
-Entonces me llevo ese- Declaró dedicándole una sonrisa.
Cassie sonrió tímidamente.
….
-Su entrada - El empleado del cine tendió a Summer el alargado papel color crema.
Summer había abandonado su casa a hurtadillas para poder presentarse en el cine. Como casi todas las noches previas a Navidad, no lograba conciliar el sueño. Por lo que tomo su cámara y se adentró en la noche para dirigirse al Event Cinema, donde pasaban un especial de trasnoche de navidad.
-Gremlins- Leyó el título de la película que vería. Ya la había visto varias veces en navidades anteriores, pero el cine antiguo le encantaba y no le importaba verla una vez más.
La sala estaba completamente vacía a excepción de una pareja sentada al fondo donde las luces no alcanzaban a iluminar. También estaba el hombre de mantenimiento, un viejo de unos ochenta años que fregaba el piso mientras maldecía en silencio a “los jóvenes insolentes” y un chico de cabellos castaños claros que ocupaba un lugar en el centro de la sala.
A medida que Summer se adentraba más en el gran salón pudo identificar la identidad del muchacho que comía sus popcorn con lentitud y miraba fijo la pantalla que aún estaba en blanco. Era Ashton Irwin, el chico de la banda que habían entrevistado ya hacía mucho y que había arruinado su foto. Decidió acercarse a él, ya que no había nadie más en la sala con quien hablar y ambos estaban solos.
-Hola- Dijo cuándo estuvo a una distancia prudente.
 Ashton giro la cabeza y sonrió sorprendido al verla -Hey, ¿Qué haces en el cine a esta hora?
-Lo mismo te pregunto.
- La diferencia de horarios- Explicó el chico- Mi reloj interno se acostumbró a los horarios de Londres -
- Yo tengo insomnio – Admitió mientras tomaba asiento en la butaca vacía junto a él - Siempre me pasa cuando hay alguna fecha importante y navidad es una de ellas.
-Tenemos algo en común- Indicó Ashton.
-¿Qué cosa? ¿Qué ambos no podemos dormir?
- No- El chico sonrió abiertamente y Summer tuvo que agarrarse de la butaca para no caer- Ambos recurrimos al cine de trasnoche si no podemos conciliar el sueño.
Summer no llegó a contestar, las luces de la sala se apagaron y la pantalla se iluminó. La chica  se acomodó mejor mientras los títulos de la película aparecían en pantalla.
Ambos disfrutaron de la película. Como ella ya la había visto, en realidad nada le sorprendió demasiado. Los gremlins siempre le habían parecido criaturitas muy simpáticas. Si se dejaba de lado que podía convertirse en asesinos despiadados y demás detalles un poco desagradables.   Todo transcurría tranquilamente, en cierto punto notó que todos los músculos de su cuerpo se relajaban, los párpados comenzaron a pesar toneladas sobre sus ojos y la cabeza se hundió en el respaldo de su asiento. Al parecer la película la estaba adormeciendo. Sin poder controlar el cansancio Summer cerró los ojos. Todo parecía ir bien hasta que la escena de una mujer que se veía atacada por un ejército de Gremlins que destruían la ciudad la despertó de un sobresalto. Una de las caras horribles de un Gremlin apareció en pantalla y Summer con un grito se refugió en el hombro de Ashton. A este no le importo el contacto de la chica y permitió que se aferrara a su remera mientras el terror pasaba.  A diferencia de ella, él reía como si en lugar de estar viendo algo terrorífico estuviera viendo una comedia.
-No deberías dejar tus compras de Navidad para último momento – Lo reprendió Cassie.
Mike meneó la cabeza como si fuera su madre la que lo estaba regañando – Lo sé, es que son tantos, siempre me olvido de alguien –
Caminaban juntos hacia la salida del Sydney Central Plaza tratando de dejar atrás a la multitud de compradores.
La chica le dirigió una última mirada de desaprobación y luego suspiró -  Deberías hacer una lista, como yo, así nunca se me olvida nada –
-Si tu plan es tan perfecto, ¿qué haces acá en víspera de Navidad? –
-Un favor para mi perfecta hermana -  Respondió Cassie sarcásticamente-
Él le dedicó una sonrisa torcida – No se llevan muy bien, ¿eh?-
-La verdad es que no - La castaña clavó los ojos en el suelo y negó con la cabeza – Pero no tiene importancia –
- La verdad es que parece que para vos sí es importante – Observó él.
Cassie se encogió de hombros restándole importancia.
 Mike lanzó un suspiró y comenzó a rebuscar algo en el bolsillo de su pantalón hasta sacar un pequeño cartoncito.
-Los compre por si acaso se me había olvidado alguien más – Explicó mientras colocaba el cartón en la mano libre de Cassie, sobre el mismo se veía un par de aros con forma de hombre de nieve – Pero creo que te servirían más a vos -  Concluyó señalando la remera con motivo navideño de la chica.
-  No puedo aceptarlos – Intentó rechazar el regalo mientras controlaba el rubor de sus mejillas – Yo no tengo nada para darte-
Él se negó a aceptarlos – Considéralo un agradecimiento por tu ayuda –
 Una media sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña.
-Bien… - Dijo Mike algo nervioso al notar que se habían detenido justo  frente a la puerta de salida del centro comercial – Creo que acá nos separamos –
Cassie asintió todavía algo confundida y luego observó como la cabeza rubia del chico se alejaba.
-Mike – Lo llamó  cuando este abría la puerta –
Él volteó el rostro para mirarla.
-Gracias – Dijo Cassie con mayor confianza de la esperada.
El rubio le dedicó una sonrisa – Feliz Navidad Cassie –
Las escenas siguieron avanzando y Summer volvió a relajarse. Se concentró en el perfume de Ashton y nuevamente se sintió soñolienta aunque logró no dormirse.
Cuando la película finalizó Ashton y Summer abandonaron la sala sin decir una palabra, aún cuando las mejillas de la chica estaban algo rojas cuando volvió la luz y el encargado le lanzó una mirada suspicaz. No fue hasta que dejaron atrás el cine que Ashton rompió el silencio.
-¿Cuándo compraste la entrada sabias que era una película de terror?
-Si -  Manifestó algo molesta la chica de rizos - No es la primera vez que la veo, es que me tomó desprevenida.
El chico lo miró con una ceja levantada - ¿Estás segura?-
– Me estaba quedando dormida, los gritos me alteraron – Admitió algo avergonzada.
-¿Entonces no era una excusa para abrazarme? – Comentó Ashton fingiendo desilusión.
Summer puso los ojos en blanco – Te gustaría, no después de que arruinaras mi foto-
-¿Qué foto? –
La chica abrió los ojos como platos al notar que había hablado de más.
- Nada – 
Él la escudriñó con la mirada - ¡No podes dejarme con la intriga! Tómalo como tu buena acción de Navidad -
-Todavía no es Navidad – Espetó ella.
Ambos estaba parados fuera del cine, un aire de verano refrescante los envolvía.
-Técnicamente ya es – Rebatió el castaño con una sonrisa victoriosa- Son las doce –
Ella suspiró frustrada - ¿Y si de regalo de Navidad te pido que no me hagas contarte lo de la foto? –
El chico se rascó la cabeza confundido – Está bien, entonces yo también pido un regalo –
Summer dudó unos instantes antes de asentir con la cabeza.
-Déjame acompañarte hasta tu casa – Pidió él extendiéndole la mano.
Una nueva brisa hizo que la chica se estremeciera, nerviosa tomó la mano que le tendía.
-Feliz Navidad Summer – Le dijo mientras comenzaban a caminar.

-Feliz Navidad Ashton-  Respondió ella. 

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