La fachada
de piedra y los vidrios de colores de The Aviary llamaron la atención de
Scarlett. Las grandes puertas de madera del restaurante se abrieron
permitiéndole el ingreso. La morocha no siempre había estado de acuerdo con sus
padres al decidir viajar a Melbourne, la ciudad natal de su padre, para recibir
el año nuevo. Sin embargo ya no estaba tan disgustada al comprender que cenaría
en aquel restaurante tan vintage como ella.
-¿Te gusta
hija?- Le preguntó el Señor Link al notar la fascinación con que su hija
admiraba el lugar.
Scarlett
asintió incapaz de pronunciar palabra alguna.
-A mí me
encanta. Es muy pintoresco- Calificó el lugar la Señora Link.
El Señor
Link sonrió satisfecho.
-Disculpe
Señor ¿Tiene reservaciones?- Un hombre ya anciano se acercó al padre de
Scarlett.
-Claro, a
nombre de Charles Link.
-Muy bien,
en seguida lo llevaran a su mesa.
La familia
Link esperaba pacientemente a que los condujeran a su correspondiente mesa, cuando otra familia ingreso en el restaurante.
-¿Charles?
– Exclamó el hombre.
El aludido
pareció reconocer la voz -¿Joy?-
-¿Qué estás
haciendo en Melbourne?
-Vinimos a
recibir el año nuevo – Explicó Charles gratamente sorprendido - ¿Y ustedes?-
- Lo mismo-
-Todos los años
venimos a Melbourne, a Joy le gusta como disfrazan la ciudad en esta época-
Aclaro su esposa.
Charles
palmeo la espalda de Joy -Hace tanto que no nos vemos hermano-
-Muchos
años – Convino él - Tenemos mucho de qué
hablar, ¿ella es tu hija? –
Repentinamente
la adolescente se sintió cohíba al notar tantos ojos puestos en ella, ¿quiénes
eran estas personas?
Su padre
colocó una mano en su hombro y lo apretó con cariño – Así es, te presento a
Scarlett–
- No debes
tener ni idea de quiénes somos – Aventuró Joy –
Scarlett se
encogió de hombros para indicarle que había acertado – Lo siento, pero no –
El hombre
rió, claramente esto no lo sorprendía – Tu padre y yo éramos vecinos, aunque
después de la escuela perdimos contacto -
-Señor Link
su mesa esta lista- Los interrumpió el anciano de traje negro y cabellos
grises.
-Joy ¿por
qué no comen con nosotros? – Sugirió Charles -
Así podemos hablar -
La madre de
Scarlett lo secundó - Nos encantaría que nos acompañen-
Joy aceptó
gustoso – Por supuesto, aunque estamos esperando a mi hijo menor, no debería
tardar -
….
-Cassie te estoy diciendo que tenes que venir, no te vas a arrepentir- Insistió
Abby.
La rubia podía oír como su amiga suspiraba al otro lado-Abby ya te dije
que esas cosas no son para mí, prefiero quedarme en casa con mi familia.
-Está bien
pero no me llames arrepentida cuando te estés aburriendo en tu casa, adiós.
Abby corto furiosa su llamada. Ahora tenía que
pasar año nuevo con sus dos rubias amigas que ya no hacían más que molestarla.
Con Scarlett en Melbourne, Summer visitando a su padre en New York y Cassie
encerrada en su casa, no le quedaba otra
opción.
-Abby ya no
insistas es obvio que no sabe lo que es diversión- Trato de consolarla Nicole - Además, no creo que pueda seguirnos el
ritmo-
Abby ignoró
a su amiga con un solo carraspeo y entro en Quaff totalmente enojada.
….
-Papá vas a
tener que pagarme una comisión por estacionar el auto, no sabes lo difícil que
fue encontrar un lugar libre- Se quejó Calum a encontrar a su padre en The
Aviary. Todos los años en la misma fecha cenaban en aquel restaurante como una
costumbre familiar, salvo que esta vez su hermana Mali no había ido.
Calum
encontró a sus padres acomodados en una mesa junto a otra familia. A quienes su
padre se encargó de presentar.
-Ahí
estás - Exclamó Joy una vez que el chico
estuvo a una distancia prudente – Charles, este es mi hijo, Calum –
El extraño
se puso de pie y estrechó la mano de Calum – Tenés suerte, sos parecido a tu
madre – Comentó este en tono de broma.
El señor
Hood propinó una carcajada – Calum, el Señor Link es un viejo amigo de mi
infancia, estas son su esposa y su hija -
Calum
saludo cortésmente a la Señora Link pero
no pudo pronunciar ningún saludo cundo vio a su hija.
-Hola- Dijo
Scarlett tímidamente sin poder sostener la mirada.
Calum logró
tartamudear una respuesta - Hola-
-Calum
sentaste que ya vamos a pedir la comida- Lo animó su madre – Ahora que lo
pienso, Bridget, ¿Scarlett y Calum no son de la misma edad? -
La madre de
Scarlett no tardó en contestar – Scarlett acaba de cumplir los 16 –
El único
espacio que había libre en la mesa para seis personas era en frente de
Scarlett. A regañadientes Calum tomó asiento y miro fijamente a la chica que
jugaba con el salero evitando su mirada.
-Oh, bueno,
Calum ya tiene 17, es una linda diferencia de edad - Sugirió la Señora Hood provocando que los
aludidos se pusieran bastante incómodos.
La
conversación entre sus padres era animada pero ni Scarlett ni Calum habían
pronunciado alguna palabra. El ambiente estaba tenso, al menos entre ellos dos,
Calum decido que era hora de divertirse un poco y torturar a la chica.
-Así que ¿Scarlett
era tu nombre?- Interrogó a la morocha.
-¿Me lo
estas preguntando en serio Calum?
El chico
reprimió una carcajada -Solo quería darte conversación-
-¿Preguntándome
mi nombre?
- ¿De qué
querés hablar si no? – Inquirió chistoso – El clima es un tema un tanto gastado
-Podrías haber hecho algún comentario del
lugar- Lo desafió Scarlett.
Él se rasco
la barbilla mientras prensaba - O de la comida si vamos al caso.
Scarlett no
pudo evitar sonreír y Calum lo notó.
-Es muy
extraño haberte encontrado en Melbourne- No pudo evitar decir el chico.
-Y que
nuestros padres sean viejos amigos- Coincidió Scarlett.
Calum le
dedicó un guiño disimulado-Parece que el destino quiere unirnos, además de
nuestras madres por lo que veo -
Scarlett no
pudo contestar por la interrupción del mozo quien traía su comida, la cual
agradeció.
-¿Qué los
trae a Melbourne?- Pregunto Calum a Scarlett cambiando de tema.
-Un ataque
de nostalgia de mi padre.
El chico de
ojos marrones sonrió -Parece que es cosa de amigos.
- Supongo.
En el otro
extremo de la mesa retumbaba la voz de Charles -¿Joy no tenías una hija?-
-Sí, Mali
Koa se quedó con sus amigos en Sydney, no es por alardear, pero estuvo en The
Voice -
La Señora
Link intervino en la conversación - ¡Estuve toda la temporada diciéndole a
Charles que era tu hija!, nunca quiso reconocerlo -
Scarlett no
comprendía como toda su familia conocía a los Hood menos ella. ¿En qué mundo
había vivido todo este tiempo?
….
El pub
estaba completamente lleno de jóvenes que, como Abby, habían preferido esperar
el año nuevo con sus amigos.
Las tres
chicas estaban sentadas en la mesa más cercana a la puerta, por preferencia de
Abby. Les había asegurado que en aquel lugar entraba más aire y no
transpirarían tanto.
Abby no
parecía estar animada, lo que era raro, ya que a ella le encantaba salir. Aunque a
decir verdad ya no era lo mismo salir con las rubias como lo era antes de
conocer a sus nuevas amigas. Ciertamente Nicole, Ashley y ella habían tenido
temas de conversación en el pasado, pero últimamente se le hacía cada vez más
difícil no comparar a los dos grupos.
Distraída
se dedico a examinar mejor el pub. Nada demasiado interesante, aunque sus ojos
se detuvieron mayormente en la pantalla en dónde se realizaba la cuenta
regresiva para el inicio del nuevo año. Faltaban treinta minutos.
-Abby,
rubio lindo a la derecha- Ashley la sacó de sus cavilaciones.
La chica
alzó las cejas con indecisión.
Nicole la
secundó -Y te está mirando-
Abby giro su cabeza hacia donde se lo señalaban sus
amigas. La rubia apretó fuertemente su vaso cuando reconoció a los chicos
sentados un par de mesas de la suya. Después de la entrevista se había
familiarizado más con sus rostros. Se fijó especialmente en Luke, en sus
cabellos rubios despeinados y la sonrisa indiscreta que le dedicaba.
Sorprendentemente cohíba le devolvió una sonrisa tímida y apartó la mirada apresuradamente. Esperó unos
segundos antes de volver a hablar.
-¿Sigue
mirando? –
Su
séquito negó con un movimiento de cabeza.
-Tengo
que hacer una llamada – Les informó mientras se levantaba de su silla revolvía
su bolso de mano.
Sin
esperar una respuesta se dirigió hacia una zona más aislada para poder hablar
con tranquilidad. Marcó el número y oyó el tono unas cinco veces antes de que
respondieran.
-Abby ya
te dije que n… -
La rubia
interrumpió a su interlocutora -¿Adivina quien vino al bar con sus amigos?-
-¿Quién?-
-Michael
Clifford – Dijo acompañada de una risita histérica - ¡Te lo estás perdiendo por
no querer venir!
-¡No puedo
creer que sigas con eso! – Se quejó Cassie – Tenés que sacarte la tonta idea de
que me gusta de la cabeza –
-Oh, eso no
te lo crees ni vos – Espetó – Estoy segura de que todavía estás usando los aros
que te regalo –
Cassie
tardo en contestar pero finalmente lo hizo – Son lindos, pero eso no tiene nada
que ver, ahora si me disculpas, intento dormir -
Abby guardó
su teléfono frustrada luego de que le cortaran. Cassie era muy obstinada cuando
quería. Acomodó su vestido y volvió a la mesa donde sus otras amigas la
esperaban.
-¿Por qué
no vamos a hablarles?- Propuso Ashley quien daba un pequeño sorbito a uno de
los tres vasos de Vodka frente a ella.
Abby
imaginó que las rubias debían haberlos pedido cuando ella no estaba. Por el
rabillo del ojo buscó la mesa donde antes había visto a Luke. Se sorprendió al
verla vacía.
-¿Te estas
escuchando Ashley?- La regaño Nicole, quien no había notado que los chicos ya
se habían ido- No vamos a rebajarnos a ese nivel, si quieren hablarnos que
vengan ellos.
-Nicole
tiene razón - La apoyó Abby y luego dio un trago a su vodka - ¿Por
qué no vamos a bailar?
Las tres
amigas se dirigieron a la pista para bailar. La música, una canción electrónica
que perforaba los tímpanos resonaba por todo el lugar, la gente, que era mucha,
se apretaba para hacerse un espacio en la pista. Abby recorrió el lugar con la mirada, inconscientemente buscando al chico rubio.
Nuevamente, no pudo encontrarlo.
Cerró los
ojos y trato de ignorar que el lugar estaba cada vez más lleno, se concentró en
la música y bailo en el pequeño espacio que tenía.
Nicole
habló obligando a Abby a abrir los ojos. Fue una mala idea. Se encontraban en
el medio de la pista rodeadas de una masa de jóvenes que bailaban. Abby comenzó
a transpirar, los latidos de su corazón fueron en aumento. Los flashes y las
luces se habían vuelto inesperadamente insoportables. Trato de ignorarlo y seguir bailando, ya
había superado esos problemas, ya no era una niña.
A pesar de
todos los esfuerzos que hizo para ignorarlo, Abby no pudo evitar sentir que el
aire empezaba a escasear. Se sentía mareada, todo le daba vueltas y ya no
bailaba. Quiso escapar de la pista de baile pero la multitud no se lo permitía.
Entro en pánico. Ignoro los gritos de sus amigas que le preguntaban por qué se
iba, no iba a decirles lo que le estaba pasando, se negaba. El pánico aumento,
comenzó a empujar a los bailarines que la miraban con enfado. Tenía que salir,
tenía que respirar. No podía soportarlo más.
Se vio
rodeada. No encontraba la salida y estaba a punto de hiperventilar, todo daba
vueltas. La chica logró cerrar los ojos preparada para desmayarse cuando una
mano la tomo por el brazo y la saco de esa jungla de personas. La mano no la
soltó hasta que se encontraron en un lugar más despejado. Abby respiro el aire
fresco de la noche, se relajó y abrió los ojos. Todo había pasado.
Cuando
estuvo mejor para hablar miro al chico que la había rescatado y no pudo evitar
sonrojarse. Luke la observaba con la preocupación grabada en su cara.
-Perdón- Se
disculpó la rubia.
-¿Perdón
por qué?-
Abby clavó
los ojos en el piso un tanto avergonzada -Porque hayas tenido que rescatarme
recién. No sé qué me pasó-
-Creo que no es raro que te haya pasado,
teniendo en cuanta la cantidad de gente que había. El calor tampoco ayuda
mucho- La consoló Luke.
-Es que
esto no tendría que haber pasado- Ella escondió su cabeza entre sus abrazos- Hacía mucho que no me pasaba –
Él la miró
confundido - ¿Esto te había pasado antes? –
La chica
tragó saliva y asintió con la cabeza.
-¿Nunca
pensaste en recibir ayuda? –
De repente
Abby se sintió más enfurecida que avergonzada, ¿quién era él para decirle lo
que tenía qué hacer? Le lanzó una mirada furiosa – Ya recibí tratamiento y está
superado. Podes relajarte, no soy una loca peligrosa –
-No quise
decir eso – Se explicó él – No hace falta que estés tan a la defensiva –
La rubia
lanzó un suspiro – Perdón, estoy algo alterada –
El eco de
los concurrentes que todavía estaban dentro del pub se volvió más alto. Estaban
contando, ya casi era hora. ¡Diez!
Luke pasó
su brazo por su espalda y la acaricio tiernamente para tranquilizarla -Si
querés esto puede quedar entre nosotros-
¡Nueve!
-¿Guardarías
el secreto?- Abby miro a Luke directamente
a los ojos.
¡Ocho!
El rubio
asintió aunque tomó aire para hablar – En caso de que vuelva a pasar… -
¡Siete!
-Nunca va a
volver a pasar –Aclaró ella.
¡Seis!
Luke puso
los ojos en blanco – Pero si pasa – La escudriñó con la mirada – Prométeme que
vas a hacer algo al respecto –
¡Cinco!
Ella
asintió – Prometido –
¡Cuatro!
-De acuerdo
entonces, tu secreto está a salvo conmigo –
¡Tres!
Abby sonrió
y en un impulso lo abrazó.
¡Dos!
-Gracias
Luke.
¡Uno!
Algo
sorprendido ante la reacción de la chica Luke tardo un instante en responder.
Lentamente la rodeó con sus brazos – Feliz año nuevo Abby -
….
-¿Vas a
contarme cual fue esa mala experiencia? - Inquirió Calum a Scarlett.
Estaban en
el patio del restaurante esperando para ver los fuegos artificiales que
anunciaban un nuevo año.
Scarlett
intentó hacerse la desentendida - ¿Qué mala experiencia? –
-La mala
experiencia por la que me rechazaste – Le recordó él siguiéndole el juego –
Aquella por la que no salís con músicos -
La chica se
mordió el labio. Podía no contarle, inventar una excusa tonta, cambiar de tema
y simplemente marcharse. Pero no le apetecía nada de eso, por alguna razón, le
agradaba Calum. Sentía que le debía una explicación.
Tomo aire
una, dos, tres veces antes de comenzar a hablar.
-Se llamaba
Blake – Comenzó a relatar con la mirada puesta en el horizonte - Tocaba la batería en una banda, no creo que la
conozcas- Se detuvo para ver la expresión del rostro de Calum y al notar que el
chico estaba ansioso por oír más continuó – Cuando empezamos a salir no eran
más que una bandita local. Era divertido, ir a verlo tocar en bares, hasta que
un día apareció un productor. Le dio su tarjeta y le dijo que iba a ‘cambiar su
vida’ Al principio todo iba bien, le ofrecieron un lugar como baterista de
soporte, le llenó la cabeza con que ese sería su comienzo para algo más grande. Dos meses después se fue a Los Ángeles, dejó
las escuela, sus amigos y por supuesto, a mí.
Hubo un
silencio antes de que Scarlett volviera a hablar
-Y ya te
imaginaras el final ¿no?
Calum miró
a Scarlett y pudo percibir la tristeza en su rostro.
-Entiendo
que estés mal por eso y que no quieras volver a pasar por lo mismo pero… - El
chico se detuvo para seleccionar sus palabras cuidadosamente – No todos somos
iguales -
Scarlett
puso los ojos en blanco – Por supuesto, ahora me vas a decir que vos sos la excepción-
-Tenés que
reconocer que sos un tanto injusta –
-¿Y cómo sé
que sos distinto? – Inquirió ella sarcástica–
- Dándome
una oportunidad -
Scarlett
despego la vista del cielo miró a Calum.
-Solo una
oportunidad, una cita. Déjame demostrarte que no soy igual que Blake- Insistió
el morocho – Por cierto, que nombre tan soso-
La chica
suprimió una risa. Lo meditó. ¿Estaría dispuesta a darle a Calum la oportunidad
que se merece? ¿Se permitiría a ella misma disfrutar de la compañía de ese
amigo que tan bien le hacía? ¿Se arriesgaría?
-Está bien,
pero solo una –
Antes de
que Calum pudiera contestar el estruendo de los fuegos artificiales surcando el
cielo los interrumpió. El juego de luces en el cielo los distrajo a ambos
obligándolos a alzar la vista. Scarlett podía oír a las demás personas en el
patio saludando y brindando. Sintió que alguien le susurraba al oído.
-Feliz año
nuevo Scarlett –
Sin volver
el rostro respondió – Feliz año nuevo Calum -